Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cultifort, un modelo de futuro

El funcionario que quería ser como Pascual Hermanos ya produce 10.000 toneladas y exporta a rusia, japón, sudamérica y oriente medio

En los años ochenta un empleado público llamado Rafael Sendra Rocher abandonaba su plácido trabajo de funcionario del Servicio de Extensión Agraria de Carcaixent y lo sustituyó por el oficio de empresario agrícola. Pasó de un empleo estable con un salario seguro a un trabajo inestable, con riesgo y con un gran potencial de desarrollo. Era el inicio de una curiosa andadura profesional y humana. «Los comienzos fueron duros, pero se sortearon sin dificultad gracias a un adecuado enfoque, porque desde el primer momento aposté por una agricultura de futuro, lo que implicó tamaño, especialización y autofinanciación, tres claves que han facilitado el desarrollo del grupo», explica el propietario de Cultifort.

El empresario, oriundo de Pego, estaba imbuido por avatares empresariales de Pascual Hermanos. Era vecino de los propietarios del otrora imperio naranjero: José María, Vicente, Antonio y Fernando. Desde muy pequeño los vio nacer, crecer y desarrollarse, hasta crear una empresa que fue un referente en el mundo agrícola. Y lo fue especialmente para él porque desde el primer momento pretendió hacer algo similar para su familia. Rafael Sendra, su familia y su equipo, han sido capaces de crear y mantener un grupo agrícola con varios negocios, todos ellos prósperos: uno de producción de naranjas que explota unas 4.500 hanegadas en propiedad y una producción de unas 10.000 toneladas por campaña de diversas variedades de agrios, entre estas la mandarina Cultifort, que después de muchos estudios y análisis de sus características y comportamiento fue patentada y aporta valor al mercado por su precocidad, productividad y vigor cubriendo el hueco de las mandarinas extratempranas. Además, gestionan una tercera actividad que fue con la que arrancó en el mundo empresarial. Se trata de la producción de nutrientes para la agricultura, que bajo la misma marca Cultifort, diseña, produce y comercializa una amplia gama de soluciones nutricionales naturales para la agricultura. Este grupo familiar estima facturar unos 6 millones de euros y cuenta con una plantilla de entre 35 y 50 trabajadores según la temporada.

El negocio sí está en la producción

«No es fácil hacer negocio con la explotación agrícola sin estar vinculada al comercio porque rompe el mito de que en la agricultura el negocio está en el comercio y no en la producción», reconoce el dirigente de este pequeño imperio familiar que ya piensa en la sucesión del negocio. Sin embargo, Cultifort y la familia Sendra aportan al mercado un valor indiscutible, al haber sido capaces de sustentar su desarrollo en la producción agrícola y no en la comercialización. La empresa tiene tamaño suficiente como para imitar lo que han hecho la mayoría de los grandes del sector: crear un almacén de naranjas para encajar, vender y distribuir sus productos. Sin embargo, desde el inicio han apostado por la especialización y no por la comercialización , aunque la mayoría del sector los tienen integrados.

El fundador de la compañía tiene 68 años y tiene tres hijos: Rafael (38 años), Eva (32 ) y Ana (28 ). El grupo es muy sensible con la singularidad familiar del negocio y desde hace un tiempo está organizando los diferentes negocios para preparar el tránsito generacional. Ponen mucho énfasis en el modelo de gestión como la mejor garantía de que la sucesión se desarrolle de forma armónica, porque entienden que la clave está más en la forma en la que conciban el negocio y en su impacto en la familia, que en la naturaleza de la persona que esté al frente de la actividad empresarial de la familia.

Compartir el artículo

stats