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Opinión

Si Bancaja y CAM se hubieran fusionado

Ahora que ha terminado la «temporada» de juntas de accionistas y presentación de resultados bancarios, me viene a la cabeza una pregunta en realidad ociosa. Mera especulación improductiva. ¿Qué hubiera pasado si Bancaja y la CAM se hubieran fusionado? Durante años, aquella posible operación, que en algún momento, sobre todo durante la presidencia de Eduardo Zaplana, tuvo visos de concretarse, fue el gran desvelo de los periodistas económicos en cualquier rueda de prensa o entrevista en que estuviera a tiro alguien que tuviera algo (poco o mucho) que decir al respecto.

De todos es sabido que las dos grandes cajas valencianas llegaron echas unos zorros a la crisis por su desaforada política inmobiliaria, su pésimo gobierno corporativo y su excesiva vinculación a la Generalitat del PP y los políticos. Después de alguna boda interruptus y numerosos emparejamientos virtuales, el panorama después de la batalla fue desolador: la CAM se extinguió dentro del Sabadell, Bancaja terminó absorbida dentro de Bankia y su filial el Banco de València fue vendida por un euro a CaixaBank. La Comunitat Valenciana perdió todo su poder financiero, que llegó a ser muy relevante, no en vano sus grandes cajas eran la tercera y la cuarta del país y estaban entre los diez mayores conglomerados financieros.

Sin embargo, apenas un lustro más tarde de aquellos luctuosos acontecimientos, la providencia se congració con la autonomía. La deriva independentista catalana obligó a sus grandes entidades a trasladar sus sedes sociales fuera de Barcelona para poner coto a la fuga de depósitos y, para evitar irse a Madrid, miraron hacia la Comunitat Valenciana. CaixaBank se vino al edificio del Banco de Valencia, y el Sabadell, a Alicante, a la que fue sede de la CAM. Con Bankia y su sede social desde un principio en la capital autonómica, la región alberga el domicilio de tres de los cinco mayores bancos del país. Digo bien: la sede social, no la operativa, que es la que cuenta, pero nunca se sabe qué deparará el futuro.

¿Qué hubiera pasado si las dos grandes cajas se hubieran fusionado? Imposible saberlo. Pero vamos a elucubrar. En primer lugar habría que responder al cuándo y por quiénes. Es decir, si la operación se hubiera consumado, como estuvo cerca, con el cambio de siglo y al frente de la nueva entidad se hubiera mantenido a gestores puramente bancarios y no políticos, es posible - a pesar de la tentadora deriva inmobiliaria de la economía valenciana- que la caja resultante hubiera seguido los pasos de La Caixa, Unicaja o Ibercaja, que, aunque reconvertidas en bancos, se han mantenido en el mercado. Si los gestores hubieran sido los que realmente fueron en la etapa de bonanza previa a la Gran Recesión, parece claro que la condena estaba garantizada. Lo mismo habría pasado si la fusión se hubiera producido en los albores de la crisis, cuando las dos cajas ya estaban carcomidas.

Está por ver qué habrían hecho en ese caso el Gobierno y el Banco de España. Es decir, si habrían tratado de esconder el problema sumándola a otra entidad, como pasó con Bancaja y Caja Madrid, o si habrían optado por una solución a la gallega: Caixa Galicia y Caixanova se unieron por decisión del Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo aunque, al ser inviable, la nueva caja acabó intervenida y, a la postre, vendida a un competidor a través de una subasta. Sospecho que esto último es lo que el destino habría deparado a la gran caja valenciana. Está por ver quién hubiera sido a la postre su comprador. En el caso de la actual Abanca, fue el grupo venezolano Banesco. Hoy día esta entidad tiene su sede social en Betanzos (A Coruña). Pero también cabía la posibilidad de que fuera a parar a manos de una entidad como el BBVA -fue lo que le sucedió a CatalunyaCaixa- y acabara desapareciendo totalmente.

En cualquier caso, por tamaño y necesidades, todo indica que Sabadell ni CaixaBank habrían estado en la pomada (a no ser que el Gobierno hubiera decidido desgajar el Banco de Valencia del grupo Bancaja-CAM). Parece difícil que la Comunitat Valenciana tuviera tres grandes sedes como ahora, pero seguramente sería mejor tener una sola pero que incluyera la operativa.

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