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Una mancha negra se vierte sobre la recuperación

La subida del precio del petróleo puede afectar a la creación de empleo y reducir el crecimiento en seis décimas, según los expertos

Una mancha negra se vierte sobre la recuperación

La economía global no gana para sustos. Cada semana salta por los aires un acuerdo multilateral que añade más incertidumbre a la coyuntura internacional. Y el último episodio pone en jaque uno de los fundamentos de la recuperación española y valenciana. La salida de Donald Trump del tratado de paz nuclear con Irán ha terminado de agitar la escalada del precio del crudo, en ascenso desde hace meses, lo que eleva los costes de producción para las empresa valencianas. El pacto de 2016 entre dos de los grandes productores para contener la producción, Arabia Saudí y Rusia, cumplió su objetivo. En enero de 2016 el precio del crudo estaba en mínimos históricos (27 dólares, 24, 4 euros al cambio, ver el gráfico); hoy se está disparando por encima de los 80 dólares coincidiendo con el despliegue de la agenda política de Trump en Oriente Medio, especialmente en Irán e Israel.

La Casa Blanca, mirando a su electorado, mueve ficha en el tablero económico y geopolítico; mientras tanto, la energéticamente dependiente Europa paga las consecuencias. «Me preocupa la subida del precio», avisa Joaquín Maudos, director adjunto de Investigación del IVIE y catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universitat de València (UV). El precio del petróleo es uno de los grandes vientos de cola que explica el crecimiento de los últimos años, junto a la bajada de tipos o los problemas de los países competidores de España por el turismo. Pero la dependencia energética española es un lastre. «Se importa masivamente, y el hundimiento del precio del crudo en los últimos años ha permitido crecer intensamente, corrigiendo el déficit comercial. Ese viento de cola es muy importante. Cuando el precio del petróleo cae, ganamos más: te hace más competitivo porque la factura energética se reduce, puedes vender más barato y la inflación baja». Un círculo virtuoso que, de repente, cambia.

En palabras de Maudos, estamos ante un «shock negativo de oferta». «Cualquier cosa que ocurra que aumente los costes de los productos es negativo. Venderás más caro y, por lo tanto, menos. Vamos a crecer menos en empleo». El profesor dibuja una especie de tormenta perfecta: «Por un lado es inflacionario, vendes más caro y vendes menos, por tanto menos empleo y aumenta el paro. Los economistas lo llamamos ´estanflación´, estancamiento con inflación». No es solo la pérdida de renta disponible para el ciudadano por la subida del combustible o por el incremento del precio de los productos. «Dentro del IPC el componente energético está en todo», recuerda.

Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, y profesor de la UV, pone cifras al impacto de esta deriva: «Nuestras previsiones de crecimiento del PIB para España en 2018 (2,9%) se basan en un escenario con un precio medio del petróleo de unos 66 dólares/barril. De mantenerse en los niveles actuales cercanos a 80 dólares/barril, el efecto sobre la economía española será negativo y significativo, particularmente porque la subida se debe a una menor oferta de petróleo y no al crecimiento de la demanda. Las estimaciones preliminares apuntan que el aumento del 20% en el precio del petróleo podría significar unas seis décimas menos de crecimiento a un año vista».

¿Hacia dónde apunta el escenario?: «El impacto a medio plazo dependerá de la persistencia en el tiempo de este aumento, lo que es difícil de predecir. Es probable que los precios del petróleo se mantengan en los niveles actuales o incluso suban a corto plazo, como consecuencia de las tensiones geopolíticas y a las menores exportaciones iraníes, que afectarán negativamente a la oferta de petróleo en un mercado ya de por sí restringido. No obstante, el impacto sería temporal, ya que la oferta debería aumentar y responder en última instancia a esta subida de los precios», añade Doménech.

Europa exhibe su debilidad energética y ante el dólar

La escalada del crudo y la vulnerabilidad de Europa ante sus fluctuaciones abren otros debates. «Europa debería avergonzarse de no tener una estrategia energética sólida que sustituya los hidrocarburos. Algunos países van a por renovables; otro apuestan por la nuclear; España, lo más patético, cambia según el Gobierno... Cada cual va por libre. El primer ´shock´ es de 1973. Ha pasado medio siglo y no hemos construido nada», dispara Vicente Pallardó, del Instituto de Economía Internacional de la UV. A esta incapacidad, Pallardó suma otro obstáculo: el «privilegio exorbitante» para EE UU, en terminología acuñada por el expresidente francés Valery Giscard d´Estaing cuando era ministro de Finanzas del general De Gaulle, de que el dólar sea la moneda de referencia para negociar el crudo. «Con el euro no dependeríamos de fluctuaciones del dólar ligadas a decisiones de la Reserva Federal o de política no económica». Este privilegio, más la independencia energética que ha logrado EE UU tras apostar por el ´fracking´, permite a Trump actuar de forma unilateral en Oriente Medio sin temor a las consecuencias.

Pese a la escalada, el crudo se mantiene aún en precios razonables. El barril de brent llegó a estar a 108 dólares en julio de 2014. El precio se hundió, en parte porque EE UU redujo sus importaciones, pero el pacto entre los productores ha producido efecto. Los estados petroleros dependen claramente del precio del oro negro para cuadrar sus presupuestos: tanto como para que tras estos años de precios bajos Arabia haya creado un IVA del 5%; o para que Rusia acabe de reducir el gasto militar por primera vez en dos décadas; o para que ambas potencias, rivales históricas, protagonicen un acercamiento que reestructura el esquema de alianzas en Oriente medio, cita Pallardó.

Entre unas cosas y otras, en lo que va de año el precio ha subido un 20%. Y ya ha desbordado el límite (80 dólares) que puede ser «razonable» para los demandantes. «El problema es lo que puede venir», advierte. El experto en economía internacional pone sobre la mesa factores que amenazan con llevar el oro negro hasta los cien euros: el colapso de producción de Venezuela, que lo de Irán vaya a peor, o que algún país árabe tomara medidas para restringir la producción.

El precio del crudo se suma desde este momento a la lista de nubarrones que, según los expertos, amenazan el crecimiento mundial, junto al endeudamiento global, la normalización de la política monetaria en las economías avanzadas y sus efectos en países como Argentina, el cambio en la política comercial de Estados Unidos o el aumento de la primera de riesgo en Italia.

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