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Incorpora visión externa

Incorpora visión externa

Alos directivos, como a cualquier persona que se tiene que enfrentar a la incertidumbre del entorno, los esquemas mentales nos hacen buscar seguridad y eso nos lleva a hacer lo que nos ha ido bien como empresa y como directivos. Esa inercia es la que tiende a perpetuar modelos. Por eso, si buscamos una verdadera inflexión y un salto cualitativo, muchas veces se requiere de una visión crítica y objetiva externa que nos sirva de contraste de la inercia estratégica que toda organización tiene de manera natural.

Esta misma semana, en el acto organizado desde la Cátedra de Empresa Familiar de la Universitat de València bajo el título: «Implicaciones y efectos de incorporar consejeros independientes a la empresa familiar» junto con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) e IVEFA, se concluía de la importancia de incorporar consejeros independientes en las empresas familiares y estar preparados para aprovechar bien el valor que aportan en ayudar a separar las tres dimensiones que concurren: empresa, propiedad y familia.

Es una línea más de profesionalización en el gobierno de la empresa. No es fácil abrir el entorno de gobierno de la empresa (especialmente las familiares) a terceros e incluso puede ser incómodo en la medida que puede cuestionar el cómo se hacen las cosas o se toman las decisiones.

Pero es tan complejo como necesario, para poder dar saltos cualitativos en los modelos de gestión. El consejero externo va aportar, una visión crítica objetiva a la empresa en la toma de decisiones, teniendo en cuenta su Know-How y su experiencia en gestión empresarial en diferentes sectores, aportando buenas prácticas y enriqueciendo el repertorio estratégico de la empresa.

Su aportación se basa en acompañar a la propiedad y a la dirección de la empresa desde el contraste de criterios, promover el desarrollo directivo y la profesionalización en la gestión y la propiedad al no tener las implicaciones personales de los dos roles. Profundizar en la visión del mercado y el modelo de negocio, desarrollando el enfoque estratégico puro de la empresa. Ayudar a asignar con racionalidad y eficacia recursos sin mayores vínculos e influencias que la de maximizar la creación de valor para el accionista/propiedad de la empresa en el medio y largo plazo.

Además, la figura del consejero externo es determinante en la credibilidad de la función general de supervisión respecto a todos los accionistas y ayuda a dinamizar el consejo apoyando a sus diferentes figuras, asegurando la implantación de una metodología de buen gobierno con buenas prácticas para su estructuración y recomendaciones en las incidencias de su puesta en marcha.

Por todo ello, debemos de ver estos procesos como una inversión (no un gasto) más, para la evolución y desarrollo estratégico de las empresas, que si se sabe elegir y estamos preparados para explotarlo, puede rentabilizarse rápidamente y dar un salto cualitativo en el gobierno de las pymes en general y las familiares en particular.

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