Cuatro de las once plagas citrícolas que han entrado en España desde el año 2000 ya estaban presentes en Sudáfrica cuando se confirmó aquí su detección, según los datos que hemos podido recabar de un estudio del Instituto Agroforestal del Mediterráneo-UPV. Hablamos del Cotonet de les Valls, de un pulgón que transmite las cepas más severas del virus de la tristeza, de la psila africana de la Trioza, del insecto vector que transmite el Citrus greenning o del ácaro Eutetranychus orientalis.
Bueno es recordar esto cuando están pendientes por parte de la Comisión Europea la aceptación de las nuevas medidas que las autoridades sudafricanas han planteado para mitigar el riesgo de contagio en sus exportaciones de otras dos plagas de cuarentena no presentes en nuestra agricultura, la polilla Thaumatotibia leucotreta y el hongo que produce la Mancha Negra. Esperemos que el nuevo ministro de Agricultura, Luis Planas, no ceda a las presiones sudafricanas porque se trata de un supuesto tratamiento de frío durante la travesía que no ha sido probado ni es reconocido por la comunidad internacional.
La constante entrada de plagas y enfermedades de fuera cuesta cada año a las autoridades españolas -que, en su caso, deben de aplicar medidas de cuarentena y financiar nuevos proyectos de investigación- y a los citricultores -que asumen las consiguientes mermas productivas y los costes de nuevos tratamientos- decenas de millones de euros.
Esa entrada de las plagas parece guardar una relación directa con la evolución de las importaciones europeas en contraestación, procedentes del hemisferio sur. El caso de Sudáfrica es paradigmático: en 1995 sus exportaciones de cítricos a la UE eran solo de 246.266 t, pero en 2017 la cifra se elevó a 742.575. En el plano fitosanitario, entre 2005 y 2017, Sudáfrica viene repitiendo como el país tercero que lidera el número de interceptaciones portuarias por razones fitosanitarias (en ocho ocasiones ha sido el que más rechazos ha acumulado por presentar sus cítricos patógenos de cuarentena y en los cinco años restantes ha sido el segundo). Desde la Unió exigimos a los responsables europeos que reclamen mayor rigor a los protocolos que Sudáfrica presenta para garantizar la fitosanidad de sus cítricos. Con respecto a los planes para las dos plagas de cuarentena en cuestión, en la pasada campaña aumentaron también las interceptaciones procedentes de territorio sudafricano por parte de la UE, tanto del hongo de la Mancha Negra -con 24 rechazos- como de la polilla Thaumatotibia leucotreta -con 14-. Y sería deseable que se unificaran los criterios aduaneros en la UE y que hubiera un cuerpo de inspectores en origen. Son todo lo que transcribo aquí cuestiones lógicas, pero a veces en el ámbito comunitario se hacen cosas poco racionales y que benefician a terceros países.
