Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El futuro de las pensiones de jubilación

En los últimos tiempos venimos asistiendo a un enorme debate en torno al futuro del sistema de pensiones en España. No siendo pocas las voces que ponen en entredicho el futuro del mismo como consecuencia de factores como el envejecimiento de la población, y el aumento de la esperanza de vida.

Sin lugar a dudas, la cuestión del progresivo incremento de la esperanza de vida tiene una enorme trascendencia en un sistema de pensiones de reparto como el nuestro, donde las prestaciones de los pensionistas (pasivos) son financiadas a través de las cotizaciones de los trabajadores (activos). Y es que en este momento dicho factor provoca que el ratio entre activos y pasivos apenas se situé en el 2,09. O dicho de otra manera; en este momento prácticamente por cada pensionista, únicamente existen dos cotizantes, situación que genera un enorme desequilibrio desde el punto de vista financiero. Y ello a pesar de la progresiva reducción del desempleo en los últimos tiempos como consecuencia de la recuperación económica.

Es decir, el fenómeno del aumento del número de personas con empleo -y por tanto de cotizantes- está resultando y previsiblemente resultará insuficiente para compensar el fenómeno del aumento de la esperanza de vida que provoca que los pensionistas disfruten del cobro de la pensión durante más años.

Así, en este momento nos encontramos con una situación en la que, desde el año 2012 lo recaudado por cotizaciones está resultando insuficiente para cubrir el gasto en pensiones, y en la que para colmo hemos agotado el fondo de reserva. Desequilibrio financiero que está siendo suplido a través del rescate del Gobierno, vía préstamos.

Por tanto, el debate está abierto y queda plantearse que sistema queremos tener. ¿Un sistema como el actual en el que el gasto en prestaciones contributivas en todo caso de forma mayoritaria deba ser cubierto a través de las cotizaciones? ¿O un sistema donde la prioridad sea mantener el poder adquisitivo de las pensiones? Porque en función de la elección deberemos de buscar alternativas diferentes.

Por eso, si nos decantamos por un sistema autosuficiente no quedará otro remedio que recortar el actual nivel de protección, ya sea en cuantía económica, o mediante un nuevo incremento de la edad de jubilación, en línea con la reforma de 2011. Y si en cambio nos decantamos por la opción de blindar el IPC en la subida de las pensiones y olvidarnos del factor de estabilidad, cabrá plantearse de una vez por todas que la financiación de las pensiones no tiene por qué ser autosuficiente, como tampoco lo es por ejemplo la financiación de la universidad pública. Bajo mi punto de vista, en línea con los países de nuestro entorno, la financiación del sistema debería articularse de un modo más equitativo entre cotizaciones e impuestos. Y analizando el derecho comparado llama la atención como a diferencia de España donde más del 90% del gasto en prestaciones contributivas es sufragado vía cotizaciones sociales, la gran mayoría de países europeos financian las mismas de una forma mucho más equilibrada entre impuestos y cotizaciones sociales. Siendo este el caso de países como Alemania, Francia, Bélgica, Italia, Portugal, Países Bajos, Finlandia o Noruega. Y por no hablar del caso de Dinamarca donde el sistema de seguridad social se financia exclusivamente a través de impuestos.

Compartir el artículo

stats