Los valencianos más recalcitrantes pronuncian un fatua cada vez que en algún lugar del mundo un espíritu libre con alma innovadora comienza a incorporar cosas sobre una sartén y termina bautizando al empastre como paella valenciana. De acuerdo. Duele. Pero si se perpetran tales aberraciones es solo consecuencia de una victoria definitiva: la paella se ha convertido definitivamente en un plato universal. Lo dicen el big data. El plato originario de la huerta de València es el cuarto icono gastronómico con más búsquedas en internet. Solo le superan la pizza, el risotto y el sushi. Y con mucha diferencia respecto al siguiente plato español.

El valor añadido, sin embargo, no está en los 8,76 millones de búsquedas que se realizaron el pasado 2017, con un crecimiento del 40% en apenas respecto a 2015. El hecho diferencia estriba en el más de medio millón de búsquedas sobre los utensilios para prepararlo. Según parece, la fascinación por el plato ya no solo se refiere a su sabor, también a la elaboración. Sobre ese fenómeno puede ilustrar Javier Baixauli, fundador y gerente de Original Paella. Esta empresa se dedica esencialmente a la comercialización on line en todo el mundo de utensilios para cocinar este plato (paella, hierros, paleta, arroz, garrofó, etc). Solo en el último año se han disparado sus ventas un 35%. Curiosamente, se trata de un nicho de negocio bastante inexplorado. Paradojas del mercado:«Nos dimos cuenta de que eran webs alemanas e inglesas las que distribuían este material», relata Baixauli, que no teme a Amazon. Han montado su web en cuatro idiomas, lo que les permite tener un alcance global.

Aunque su cliente principal siguen siendo los españoles por el mundo, el interés por el plato, por cocinarlo, se expande. Exportan a 75 países. Desde Corea del Sur a Canadá, pasando por Uganda o la Polinesia francesa. Hay material de esta empresa hasta en Tasmania. «Mayoritariamente, son restaurantes, pero el español por el mundo va mutando. Conforme invita a sus nuevos amigos locales a comer una paella, surge el interés», explica. Así, la firma sirve productos a particulares que han terminado montando empresas de cátering o cadenas de restaurantes que quieren incorporar el plato típico español a su carta. ¿Y qué opina Baixauli de la heterodoxia en la receta? El empresario, que fue durante una década gerente de la federación de hostelería, ha visto de casi todo dentro de una paella: desde armadillo en Ecuador a chucrut en Alemania. Cada uno la adapta a su entorno, relata. Todos la quieren hacer suya. Es el precio de la fama.