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Proptech

El arma digital para el próximo boom

El arma digital para el próximo boom

La tecnología ha irrumpido para quedarse en todos los sectores económicos, y el inmobiliario, que calienta motores para el próximo boom, se ha lanzado a descubrir las mejoras que puede aportar el ecosistema startup. Ya tiene hasta nombre. Si la banca ha fundado el fintech, la vivienda investiga las posibilidades del proptech. Desde inmobiliarias on line que prometen vender tu casa en 60 ó 90 días y captan la atención de fondos con inversiones millonarias, como Housfy o Pronto Piso; a proyectos disruptivos como Viviendea, desarrollado en Lanzadera y que se dedica a aglutinar las necesidades de la gente para construir promociones a la carta. La demanda genera la oferta. Es un vuelco para el sector, desde la misma concepción tradicional de la promoción a la mera comercialización. Desaparecen intermediarios, se minimizan las comisiones, se racionalizan las inversiones. La amenaza para las pequeñas agencias es evidente. Y los grandes se ven obligados a reinventarse. El referente en valoración Tinsa acaba de anunciar su desembarco en el ecosistema tecnológico con una filial.

¿Hacia dónde va el proptech? ¿Qué puede esperarse de la confluencia entre tecnología y este sector tradicional? El big data y el análisis es una de las tendencias que más prometen para los inversores. La consultora de servicios inmobiliarios CBRE, por ejemplo, cuenta con una herramienta novedosa en el mercado español que augura grandes réditos para el sector del retail. Para cualquier segmento, en realidad. El programa Calibrate, a través del análisis de datos extraídos de móviles y otras fuentes, estudia los flujos de población y hábitos de consumo para tomar decisiones sobre dónde invertir en un centro comercial, pero también en un hotel o una promoción, explica Carlos Casado, responsable de Operaciones de CBRE en España. Big data que genera conclusiones demográficas y socioeconómicas para afilar una inversión.

La valoración automática a través de plataformas es otro de los aspectos que está ayudando al inversor o al cliente a reducir costes, explica. A partir de datos históricos de valores catastrales, de comparables de transacciones, se puede conocer a golpe de ´clic´ el precio aproximado de un activo.

Hay más: la financiación es quizá la rama del proptech que más ruido está haciendo. La red ha facilitado modelos de negocio como el de la valenciana Housers, que se dedica a adquirir inmuebles mediante las aportaciones de pequeños inversores (crowdfunding) que, puestos en alquiler, dan una rentabilidad a la que esos mismos inversores no podrían llegar por sus propios medios. La comercialización, finalmente, lleva años exprimiendo las nuevas tecnologías. Decenas de portales aglutinan activos, con todas sus características, opciones de visualización en realidad virtual y hasta posibilidades de proyectar que puedes hacer en determinado inmueble.

La disrupción tecnológica se perfila como una de las claves de un sector que aún se mira las cicatrices pero que se prepara para volver a crecer. «Creo que la tecnología ayudará a evitar errores. En general, hay más profesionalización, tecnológica y de los gestores. Se aprende de la crisis», concluye el responsable de CBRE España.

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