El nombre evoca a misterio. Enigma fue el ingenio diseñado por los alemanes, una máquina para codificar mensajes que emplearon en el ámbito militar desde los años 20 hasta la segunda guerra mundial. En un homenaje íntimo a Alan Turing, el británico que consiguió descifrar el código secreto nazi y contribuir así a acortar la guerra, Enigma es también el nombre que ha escogido la firma de ciberseguridad S2 Grupo para bautizar su escuela de formación, una especie de cantera de nuevos talentos para la trinchera contra los ciberdelincuentes.
Desde hace cinco años, esta compañía tecnológica valenciana que presta servicios a administraciones e industria tiene su propio programa de formación de élite para llegar donde no llega la formación reglada. «La universidad valenciana es muy buena, pero es lenta, como todas. Las nuevas titulaciones no recogen lo que necesitamos. La ciberseguridad es muy reciente y la gente sale sin la más remota idea de la facultad», explica José Rosell, dueño de la empresa junto a su socio Miguel Ángel Juan.
«Tenemos vocación de crecer y de crecer mucho. Nos dimos cuenta de que el profesional no era del perfil que necesitamos. El ámbito educativo, ya sea universitario o de formación profesional, no profundiza suficientemente en la ciberseguridad y el éxito de la ciberprotección del futuro requiere una formación hiperespecializada en este ámbito. Cubrir ese vacío es nuestro principal fin», añade.
Ese es el motivo esencial de este programa de alto rendimiento que ya va por su quinta edición. En concreto, cada año seleccionan a 15 recién licenciados (o a punto de obtener el título) en ingeniería industrial, informática o telecomunicaciones, y tras formarlos durante un año los incorporan a la plantilla. Es un programa pionero y único en España dedicado a la formación en inteligencia.
Su evolución evidencia el éxito de la empresa. Para la primera edición tuvieron que ir a las facultades a captar talentos. En la última, se han enfrentado a una avalancha de 250 aspirantes. Son fundamentalmente valencianos, aunque también llegan de Murcia, Albacete y Madrid. El año que viene, de hecho, van a extender el programa de formación a la capital de España.
Los alumnos entran con una beca remunerada. Durante seis meses reciben una formación intensiva. «No les dan clase los profesores. Son los profesionales de aquí, son clases prácticas. Vamos al grano. Gestionan nuestras herramientas, incidentes reales», apunta Rosell. El día a día en esta empresa consiste en hacer frente a los hackers que ponen en riesgo la seguridad de infraestructuras críticas (agua, energía, transportes) o pretenden acceder a información valiosa para las empresas. Tras esta primera fase de medio año, cada alumno desarrolla una especie de trabajo de final de grado sobre gestión de incidentes de ciberseguridad o creación de sistemas de vigilancia, que pueden utilizar para rematar sus licenciaturas. En el tramo final, entran a trabajar en las unidades operativas de la empresa. Casi sin excepciones, el 1 de enero comienzan a trabajar con su contrato.
La expansión de la empresa, de hecho, les está permiten absorber a todo el personal que forman. S2 Grupo lleva años creciendo a dos dígitos. Este 2018 han elevado sus ventas un 30% hasta los 14 millones de euros, aproximadamente. Cuentan con una plantilla de unos 320 empleados. Tienen el 80% de su trabajo fuera de València, pero la mayoría se realiza desde aquí. Eso sí, cuentan con oficina en Madrid (unas 40 personas), Barcelona, Colombia, Bruselas y desde hace unos meses también en Lisboa. Cuentan incluso con un centro de trabajo en Brindisi (Italia) que desarrolla actividades para la base de la ONU ubicada allí.
Organismos de la ONU o de la UE se encuentran entre sus clientes, pero también administraciones como la Generalitat, el Ministerio de Defensa o el Centro Nacional de Inteligencia. Todo ello además de dar protección a empresas del sector eléctrico o la banca. «Estamos entrando mucho en el sector de la salud, que es un objetivo de los malos. Hablamos de ataques a equipamiento médico con el ánimo de poder causar incluso daño a una persona», detalla Rosell. Sobre todos esos escenarios realizan ejercicios prácticos dentro del búnker de ciberseguridad de esta empresa, que cuenta incluso con una unidad médica para simular situaciones de ataque y defensa de un paciente.
Una iniciativa premiada que quiere llegar a la mujer
Estos empresarios valencianos, precisamente gracias a la iniciativa de formación Enigma, acaban de recibir un galardón de la red de fundaciones universidad-empresa de España. S2 Grupo colabora desde hace años con la Universitat de València, a través de su programa de prácticas de empresa, y como patrono de la Cátedra de Cultura Empresarial. «Este premio nacional supone un reconocimiento a nuestra apuesta por impulsar el talento joven en el ámbito de la ciberseguridad y nos sentimos muy agradecidos. Es fundamental que el mundo de la empresa y la universidad se unan para formar adecuadamente a los jóvenes y completar sus perfiles profesionales con el objetivo de dar una respuesta adecuada a la demanda real del mercado», apunta Miguel Ángel Juan.
Uno de sus próximos objetivos en este sentido pasa por ampliar el papel de la mujer en el sector de la ciberseguridad. En su plantilla, apenas un 23% son mujeres, y a tenor de la experiencia, la cifra es todo un éxito. «Es dramático», resumen. El número de mujeres que estudia ingenierías decrece y eso se refleja entre los aspirantes a entrar en este negocio. «Los equipos mixtos obtienen mejores resultados. Las mujeres tienen formas distintas de atacar los problemas», señalan. En este sentido, dentro de su iniciativa formativa, van a acudir a los centros de secundaria para explicar qué se hace en empresas como la suya y ganar visibilidad entre las jóvenes para despertar interés en etapas tempranas. «Debemos trabajar por la igualdad de oportunidades», concluyen.
