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El cava valenciano abre camino pese al veto catalán

Las bodegas valencianas han disparado sus ventas un 12 % en 2018 pese al veto de Cataluña a autorizar más plantaciones de viñedo en Requena. la exportación ya genera el 37 % de sus ventas totales

El cava valenciano abre camino pese al veto catalán

En plena fase de expansión comercial, el sector del cava valenciano reabre la guerra por el límite a nuevas plantaciones de viñedo en 2019 que impone el Ministerio de Agricultura. Los productores catalanes -este año ha sido histórico al caer sus dos grandes buques insignias, Codorníu y Freixenet, en manos un fondo de inversión de EE UU y una multinacional alemana, respectivamente- siguen vetando más tierras de cultivo de uva para espumosos valencianos -una de las escasas zonas autorizadas en España- que suministran a las ocho bodegas valencianas implantadas en este territorio y amparadas por la DO Cava de Requena. Pendientes de cuadrar su balance, el ejercicio recién concluido ha generado unas ventas próximas a los 9 millones de botellas, lo que supone un incremento próximo al 12 % respecto al ejercicio anterior. Según el presidente de la Asociación de Elaboradores del Cava de Requena, Emilio Expósito, el tirón de la cifra de negocio de estos caldos requenenses se mantiene en los últimos años «en medio de un mercado dominado por grandes firmas de Cataluña y a pesar del procés soberanista que frenó las ventas de algunas cavas pero que ha tenido poca repercusión en esta última campaña de Navidad», explica en declaraciones a El Mercantil Valenciano.

La guerra del cava ha vuelto por Navidad porque el Ministerio de Agricultura ha propuesto formalmente limitar al máximo los permisos de nuevas vides destinadas a la elaboración de cava. La superficie disponible en 2019 para autorizaciones de nueva plantación en las zonas delimitadas por la Denominación de Origen (DO) Cava únicamente se podrá incrementar en 0,1 hectáreas, lo que implica en la práctica congelar el número de cepas. Esta restricción contrasta con el fuerte aumento que el Ejecutivo sí permitirá para nuevas plantaciones de uva para vinos en general (menos rentables que las de cava), establecida en 4.747 hectáreas más, por lo que organizaciones agrarias como AVA-Asaja consideran que el Gobierno se pliega nuevamente a los intereses de las bodegas catalanas, que controlan la citada DO. Según Expósito, «hay que hacer un reparto equitativo de plantaciones para teniendo en cuenta la oferta y la demanda». La buena marcha comercial del cava de Requena se ha apoyado tanto en el mercado de España, que representa el 63 % de las ventas totales, como en las exportaciones, que suponen en 37 % restante. Países del norte de Europa, Japón, China y Corea se consolidan, así como Estados Unidos, así como América Central, Colombia y Brasil, «donde se han registrado crecimientos significativos», explica el presidente de la citada asociación empresarial.

El Consejo Regulador de la DO del Cava en España, con sede en Vilafranca del Penedés y del que forman parte grandes firmas como Freixenet, Codorníu y Juvé & Camps está controlado por viticultores y bodegueros catalanes. Requena no tiene presencia, aunque aglutina a 700 viticultores y ocho bodegas en la Asociación de Elaboradores de Cava: Coviñas, Chozas Carrascal, Dominio de la Vega, Hispano-Suizas, Pago de Tharsys, Torre Oria, Unión Vinícola del Este y Vegalfaro. En su conjunto, el negocio del cava de España ha generado unas ventas de 250 millones de botellas. Expósito piensa que la «regulación de plantaciones debe existir pero garantizando la libre competencia» , pues Requena crece muy encima del sector.

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