El año 2018 no ha sido muy amable con los mercados, siendo el sector financiero uno de los más perjudicados. Los estrechos márgenes que manejan, unido al incremento en los costes derivados de la implantación de MIFID II, han lastrado sus cuentas de resultados.
A esto se ha unido un cierto revuelo regulatorio derivado del impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD). Con más de dos años de retraso, finalmente el Congreso de los Diputados, en noviembre de 2018, dio el visto bueno a la nueva Ley Hipotecaria. Uno de sus objetivos es ofrecer mayor seguridad al cliente, otorgando el coste de los impuestos de AJD a la banca en lugar del cliente. Para que entrase en vigor esta nueva Ley tenía que ser aprobada por el Senado, un visto bueno que hoy mismo ha llegado por parte del Tribunal Supremo.
Una de las principales medidas que establece esta aprobación de la Ley Hipotecaria es la división de los gastos de notaría entre banco y cliente, una división de gastos que se mantendrá por parte de la entidad hasta la aprobación de la nueva Ley. El Supremo establece que los gastos de notaría y de registro se repartan según quien sea el beneficiario conforme la normativa vigente en el momento de la firma del contrato.
El principal punto de atención se sitúa en el tipo de interés aplicable a las hipotecas, el euríbor, que viene de un año 2017 con tasas negativas pasando a un 2018 con ligeras subidas. Entre otros factores por la situación legal del impuesto de AJD y la Ley Hipotecaria. Los tipos de interés son los que verdaderamente determinarán los efectos en los productos financieros. Quedará pendiente ver si durante 2019 el sector recupera su esplendor y las cotizaciones vuelven a niveles de años anteriores.
La aprobación de la Ley Hipotecaria puede tener una gran repercusión en la economía española durante 2019, un año que aterriza con previsiones del 2%, ralentizando así su crecimiento del PIB, que en 2018 se situó por encima de la media estimada por el FMI, una desaceleración que continuará durante los próximos ejercicios, según datos de la Fundación de las Cajas de Ahorro. En España esta desaceleración se suma a la prevista en la zona euro, que en 2019 alcanzará un crecimiento del 1,8%.
La situación económica mundial no está alejada de la europea, ya que, después de años de crecimiento global sincronizado, en 2019 y 2020 la economía crecerá menos de lo previsto. La parte más amable de esta historia es la reactivación del sector inmobiliario, circunstancia que beneficia a la actividad de hipotecas de la banca, productos que siempre les han dado grandes alegrías. Por tanto esperemos que la bienvenida de la nueva Ley Hipotecaria tenga una proyección positiva en la economía.
