La transformación digital circula en un bólido de carreras. Su velocidad es vertiginosa. Igual que los cambios que conlleva. Junto al uso de los robots, amenaza con trastocar de forma radical, además de la vida cotidiana, la relación de las personas con sus trabajos y los propios empleos. El Foro Económico Mundial estima que para 2020 unos siete millones de puestos laborales habrán desaparecido por la irrupción de las nuevas tecnologías. La Universidad de Oxford calcula que el 47 % del empleo actual se encuentra en alto riesgo de ser automatizado. Bajo estas premisas, IMF Business School ha analizado cuáles son las cinco profesiones que tenderán a desaparecer o tendrán que reinventarse en este 2019 de corta andadura todavía.
«Community Manager»: La citada escuela de negocios apunta sobre este oficio, que por otro lado tiene poco más que cuatro días de existencia, que el uso de las redes sociales es cada vez más común, que es raro encontrar a personas que no usen al menos una de esas plataformas y que, por tanto, la demanda de estos perfiles laborales exigirá expertos más especializados y con un nivel de conocimiento del sector mayor. O sea, a reinventarse toca.
Traductores: La amenaza que pesa sobre esta profesión procede de la proliferación cada vez mayor de aplicaciones que actúan como traductores automáticos «en cualquier lugar, a cualquier hora y de forma gratuita en la mayoría de los casos», afirma IMF Business School, que añade que «cómo captar el humor y la traducción instantánea serán los grandes retos de estas app que muchos confían en que serán resueltos durante 2019». Así que malos tiempos para este oficio.
Cajeros de banco o supermercados: Los cajeros automáticos ya no son solo dispensadores de efectivo, sino que permiten desde hace tiempo realizar otras gestiones como el pago de recibos o ingresos. Además, las tareas del personal del banco están cada vez más limitadas por el desarrollo de app en las que se puede realizar casi cualquier gestión sin acudir a la oficina. Algo parecido sucede con los cajeros de supermercados, donde cada vez es más común encontrar sistemas de autoservicio de pago que reducen las colas. Poco futuro para ambos empleos.
Personal de limpieza: El desarrollo de robots cuya función simplifica las tareas de limpieza ha ido en aumento y se «espera que sean ellos los que se encarguen de esas labores». Ya los hay que dejan reluciente el suelo de los hogares. El mercado de estos robots ha crecido un 20 % en el último año. Así que adiós a la fregona, la escoba y quienes la manejan.
«Call center»: IMF Business School augura que el personal que presta este servicio será reemplazado por chatbots, cuya evolución ya les equipara con el lenguaje humano. ¡Hola, máquina!.
