En toda startup existe un punto de inflexión, que determinará si tiene potencial para convertirse en un unicornio o acabar siendo un autoempleo, en el mejor de los casos. Más de 100 startups que han llegado a formar parte de la cartera de Bbooster Ventures, y otras tantas que he tenido la suerte de poder conocer, me inclinan hacia esta conclusión.

Todas las empresas con este modelo de crecimiento explosivo comienzan igual, tanto si son B2B como B2C. Todas pasan por el lanzamiento del MVP (mínimo producto viable), que sacan al mercado y enfrentan a sus primeros posibles clientes. Este proceso comienza de manera totalmente artesanal, es decir, los emprendedores tiran de contactos, de familiares, de amigos de amigos, que puedan ser su público objetivo. Estos contactos suelen traer las primeras ventas, el producto tiene aceptación, aporta valor al comprador, es atractivo, soluciona un problema o necesidad, y así se alcanza el momento crítico.

Esta es la fase en la que nosotros como venture capital apostamos, confiamos en los emprendedores y les inyectamos el capital necesario para que lleven a la startup al siguiente nivel. Aunque muchas se quedan estancadas, en este punto, a otras este capital les va a servir para encontrar su modelo de captación perfecto.

Un emprendedor con potencial, encuentra en este momento la solución para captar sus clientes. En el modelo B2C como puede ser el de nuestra participada BoatJump o Streamloots, la captación se hará a través de marketing de performance, por cada céntimo invertido recibirá una rentabilidad de X euros y, si son capaces de analizar la estrategia adecuada, la inversión la utilizarán para hacer crecer su negocio, invirtiendo la mayor cantidad de capital posible. En el caso de las firmas B2B, la clave estará en saber qué comerciales les traerán clientes, startups como EVF o Signaturit, centran su estrategia de captación de clientes, a través de esta metodología, pero en ambos casos la clave estará en la gestión de personas.

Si hasta este punto de inflexión, el crecimiento lo hacían los tres emprendedores con un becario, de manera totalmente artesanal, la cosa ahora se complica con la ampliación del equipo, convirtiendo la captación en una auténtica venta en cadena, muy escalable y de rápido crecimiento, lo que se conoce en el sector como « Machine sales». Ahora el reto será gestionar el crecimiento del equipo, ver cómo el aumento de 20, 30, 40, 50 personas afecta a la filosofía de la empresa, ser capaces de formar a esas personas para que ejecuten manteniendo la cultura startupera de la empresa, que en un inicio dotó de velocidad de ejecución, capacidad y entrega.

Este salto que tenemos la suerte de ver muy de cerca en Mr Jeff, que ha pasado de ser tres emprendedores en 2015 a los cerca de 180 que son a día de hoy. Es el salto que hace pasar a estas empresas de la venta artesanal a la venta en producción en cadena. Lo que definitivamente marca que la startup ha dado con algo que tiene sentido, y ver que son capaces de tener clientes de forma masiva, ordenada y rentable. Se han convertido en algo grande.