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Cultivar sin tierra: llegan los hidropónicos

El grupo alimentario Citrus desarrolla el cultivo hidropónico de lechugas y plantas aromáticas y prevé su expansión a otras hortalizas durante los próximos años. El sistema de ciclo cerrado reutiliza casi el 100 % del agua

Cultivar sin tierra: llegan los hidropónicos G. Caballero

Cuenta Vicente Máñez, director del Centro de Innovación Agronómica (CIAM), una explotación puesta en marcha por Grupo Alimentario Citrus (GAC), proveedor de ensaladas, productos de alimentación infantil y otros alimentos de Mercadona, en plena expansión en Europa tras la compra de nuevas empresas en Italia y Suiza, que los cultivos hidropónicos piden paso en el sector. «Es la agricultura del futuro», asegura este técnico mientras contempla y revisa hasta el último detalle en una inmensa explotación de lechugas cultivadas en invernaderos de 12.160 metros cuadrados para producir hasta 2.000 kilogramos de brotes tiernos por semana. Bajo el techo de este mar de plástico se cuida hasta el último detalle. Es, sin duda, un centro puntero en el ámbito internacional, ubicado en Monserrat y diseñado en colaboración con la Universidad de Wageningen (Holanda) y la Universidad de Valladolid. Allí, Grupo Citrus avanza en la investigación de procesos y métodos de cultivos eficientes y sostenibles.

Cultivar sin tierra. Ese es el reto de la llamada agricultura de tercera generación. Entre los proyectos más innovadores del CIAM sobresale la construcción de sistemas de cultivos hidropónicos cerrados para productos de hoja con mecanismos que permiten reutilizar prácticamente el 100 % del agua y no contaminan el suelo.

Nutrientes, turba y agua

La hidroponía es un sistema de regadío por el que las raíces de los cultivos reciben una solución nutritiva equilibrada disuelta en agua. Y todo parece indicar, a la vista de los últimos resultados obtenidos por los científicos, que la cantidad de estas «vitaminas» que contienen las frutas y verduras generadas de esta forma son tan buenas como las realizadas en suelo. Tienen todos los elementos necesarios para su desarrollo y sin necesidad de usar tierra.

En colaboración con empresas tecnológicas españolas y extranjeras, este laboratorio de ideas del Grupo Citrus ultima el proyecto de I+D+i ( financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) para desarrollar cultivos hidropónicos en ambientes cerrados. Eso quiere decir que el crecimiento de la planta es independiente de las condiciones climáticas externas. «Su ejecución permitirá estudiar la viabilidad de este nuevo método de cultivo de cara a su posible utilización para fines comerciales en el futuro», explica el técnico del CIAM. De este modo se tiene un control total sobre los elementos: temperatura, humedad, agua, nutrición, turba, abono.... También sobre la luz que se aporta al vegetal. Se evitan plagas y se ahorra, por tanto, en productos fitosanitarios. «Los métodos de producción de cultivos de tercera generación permiten controlar el 100 % de las condiciones y el crecimiento de la planta es independiente de la situación climática externa», destaca Máñez. Ese control de las citadas variables de la naturaleza son siempre uniformes en todos los ciclos de los cultivos, lo que garantiza mayor seguridad a la hora de planificar la producción. También permite montar el sistema al lado de la planta de procesado para abastecerla, con el consecuente ahorro en transporte y emisiones contaminantes. Además del ahorro en agua, según el responsable del CIAM, existe un mayor aprovechamiento del suelo. Y al ser un sistema en altura, la producción por superficie resulta mucho mayor que en campo abierto: se pueden producir alrededor de 300.000 unidades al año de plantas, frente a las 850 unidades con el sistema anterior.

Auge de los brotes tiernos

El desarrollo completo de este ambicioso proyecto de Grupo Citrus, en cuya primera fase ya ha invertido 1,3 millones de euros, se produce por el notable incremento del consumo de los llamados productos de IV gama, tal como constatan las ventas de las grandes firmas de la distribución comercial. El novedoso método del grupo agroindustrial, propietario de Verdifresh, entre otros negocios, funciona en invernadero a través de bandejas sobre bancos y con mínimo sustrato. Las operaciones de siembra, riego y demás fases de desarrollo están perfectamente organizadas y sistematizadas en dichos invernaderos de Monserrat. Las hojas de las plantas, cuando adquieren el tamaño requerido por el cliente, se cortan de forma automática en el propio centro y se transportan a la fábrica de procesamiento para elaborar ensaladas y otros productos elaborados.

Lechugas, canónigos, rúculas, hierbas aromáticas como la albahaca... Y así una larga lista. El cultivo de nuevas variedades es cada vez más demandada por los consumidores. Es el caso de los brotes tiernos. La gente ya no compra una lechuga entera. Prefiere combinar diversos tipos de batavia roja, batavia verde y lollo rosso para la elaboración de muchas de las referencias de ensaladas listas para consumir, que en el caso de Grupo Citrus se elaboran en su fábrica de Riba-roja. «Las variedades de brotes tiernos son un tipo de cultivo relativamente nuevos en la agricultura en España. «Como especialistas en productos listos para consumir, producimos nuestros propios vegetales también en estas variedades que aportan nuevos colores, texturas y sabores a las ensaladas», aseguran desde la dirección de este gigante empresarial en manos de la familia valenciana Martinavarro.

Un gigante en expansión

Actualmente, elaboran diferentes variedades de brotes tiernos tanto en el invernadero del CIAM en Montserrat como en campo abierto, en sus fincas ubicadas en Murcia, Almería y Tenerife. Estos vegetales recién recolectados en sus campos se envían diariamente a las cuatro plantas de procesado que el grupo tiene en España (Aranda, Antequera, Riba-roja y Tenerife). En 2018, este gigante del negocio agroindustrial que genera una cifra de negocio de 240 millones de euros anuales y cuenta con una plantilla total de 2.200 trabajadores, procesó cerca de un millón de kilogramos.

¿Por qué los brotes tiernos son una tendencia en gastronomía? Según María Forcada, responsable de Desarrollo de Producto de la Unidad de Negocio de IV gama de GAC, «el consumidor quiere comer sano pero sin que sea aburrido; es decir, queremos que comer sano sea divertido, por eso se buscan nuevas texturas, colores, sabores en los platos. Los brotes tiernos son una forma de alegrar el plato aportando un alto contenido nutricional. Esta variedad y diversidad en el plato forma parte de nuestra revolución saludable». Y añade: «nuestra revolución saludable consiste en ofrecerle esa variedad y diversidad de colores y texturas en un formato práctico, listo para consumir; en cualquier momento y en cualquier lugar».

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