Casi siete años después de hacerse cargo de la presidencia de Bankia, que tuvo que ser intervenida en mayo de 2012 con una contribución del Estado de más de 22.400 millones, José Ignacio Goirigolzarri ha logrado que la entidad entre definitivamente en la senda de la normalidad tras varios años turbulentos por su polémica salida a Bolsa y los destrozos de gestión que realizaron las cajas que la fundaron en 2010, entre ellas la extinta Bancaja. Así se puso de manifiesto el pasado viernes durante la junta de accionistas celebrada en el Palacio de Congresos de València. Goirigolzarri auguró durante el cónclave que este 2019, pese a que los tipos de interés en negativo seguirán pesando sobre el sector, será muy positivo para la entidad, hasta el punto de que puede marcar el inicio de un nuevo ciclo para la misma. A la espera del fin del juicio por su salida a Bolsa, el banco con sede en València ya no es noticia por cuestiones polémicas y su presidente tiene mucho que ver en ello.
