Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La campaña citrícola, a la basura

La campaña citrícola, a la basura

La campaña citrícola transcurre con mucha más pena que gloria y se acerca a su final con unos resultados muy desastrosos para los productores. Lejos de mejorar, la segunda parte de la campaña sigue por los derroteros de la primera y la cuenta de pérdidas sigue aumentando. Más de 250 millones de forma directa estima ya la Unió, sin tener en cuenta todo lo que mueve así mismo alrededor de los cítricos. ¿Qué se ha hecho para evitar esta situación? Prácticamente nada. La interprofesional Intercitrus; conformada en la actualidad por Asaja, Coag, UPA, Comité de Gestión de Cítricos y Cooperativas Agro-alimentarias, sigue sin dar respuesta a la crisis y continúa desaparecida sin señales de vida más que para aparecer en alguna reunión esporádica. A lo que hay que unir la inoperancia y lentitud de las administraciones públicas.

El propio ministro de Agricultura, Luis Planas, recordaba en la última reunión de la Mesa Nacional de Cítricos, la necesidad de que vertebrara el sector para que, además de realizar campañas para difundir y promocionar las producciones de cítricos, cumpliera con el resto de finalidades que la normativa actual establece para las organizaciones interprofesionales agroalimentarias. Pero el problema es que la interprofesional no ha hecho ni las campañas promocionales ni tampoco proporcionar información y estudios para orientar la producción a las necesidades del mercado y las demandas de los consumidores, ni ha promovido medidas para regular la oferta, ni ha hecho estudios para ver la evolución del mercado, incluyendo índices de precios y costes objetivos.

Intercitrus podría haber sido una herramienta para mejorar la vertebración del sector y su capacidad de actuación conjunta. Podría haber ordenado la fecha de inicio y finalización de recolección de cada una de las variedades para su comercialización en fresco, en función de la oferta y la demanda, para que llegaran al mercado con las mejores condiciones organolépticas posibles, incrementando el prestigio y la marca de nuestros cítricos. Del mismo modo que podría haber revisado los requisitos de calidad, mínimos de madurez, tolerancias, clasificación, calibrado, en base a los estudios sobre aforos y calidades previstas, con la intención de ofrecer los productos de máxima calidad posible a los consumidores, y regular de forma ordenada los destinos cítricos a consumo en fresco o a industria, con la intención de maximizar los precios recibidos por los agricultores. Podría, pero nada de esto ha hecho.

Intercitrus realizó campañas de promoción de naranjas y mandarinas, clementinas y satsumas hasta la campaña 2007/2008. Estaban financiadas mediante una extensión de norma en que se determinaba la aportación económica de cada rama, así como el objeto y las actuaciones a realizar. Esa extensión de norma iba más allá de las campañas de promoción, pudiéndose tomar acuerdos sobre las finalidades definidas en las organizaciones interprofesionales agroalimentarias.

A la hora de cerrar esta información el Ministerio de Agricultura había ampliado el plazo hasta el 30 de abril para sufragar los costes de transformación de cítricos con destino a distribución gratuita, una medida demandada desde la misma interprofesional que se ha tornado ineficaz como preveíamos y como reconoce ahora el propio Ministerio al prorrogarla un mes. Da igual, solo servirá para maquillar un poco los malos resultados hasta la fecha: 22.000 toneladas sobre 50.000 previstas.

Ya avanzamos en su día que esta medida no serviría y no se nos hizo caso, incluso algunos todavía pedían más toneladas. Nosotros hemos dicho por activa y por pasiva, y seguiremos insistiendo, en reclamar una ayuda directa a los citricultores que han perdido gran parte o toda su cosecha.

Compartir el artículo

stats