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El test semanal

«Soy un pianista a medio hacer»

«Soy un pianista a medio hacer»

Fecha y lugar de nacimiento

19 de julio de 1975 (València)

¿Qué es lo que mejor sabe hacer?

Tomarme las cosas con una actitud positiva, disfrutar de lo que es verdaderamente importante no perdiéndome en lo que no aporta, y empatizar con la gente.

¿Y lo que peor se le da?

Transigir con las relaciones tóxicas y el linchamiento social.

¿Alguien a quien admire?

A cualquier persona que tenga buen fondo y que actúe buscando mejorar las cosas.

¿Qué/quién está sobrevalorado?

Posiblemente la búsqueda de éxito y reconocimiento. Han de ser una consecuencia, no un fin en sí mismos. Una vida plena no se mide solamente por lo que consigues, sino por cómo lo consigues.

¿Cuántas horas trabaja al día?

Trabajo muchas horas, más de las que debería, aunque trato de que sean las justas y necesarias.

¿Dónde está cuándo no trabaja?

Con mi familia y amigos, leyendo, viajando, cocinando o tocando el piano. De hecho soy un pianista a medio hacer, me gusta mucho el mundo de la empresa pero hubo un momento en el que estaba muy centrado en el piano.

¿Vive pegado a su teléfono móvil?

Lamentablemente sí, pero trato de ser consciente de ello.

¿Se sabe algún número de su agenda de memoria?

El de mis padres, mis suegros y mi mujer.

No puede vivir, ¿sin?

Sin ilusión, sin curiosidad, sin optimismo.

¿Reserva algo de tiempo para estar solo con usted mismo?

Sí, lo que puedo.

¿La conciliación es cosa de dos?

Totalmente. Si te has criado así, ni te lo planteas.

Elija un libro (uno solo)

Creación, de Gore Vidal.

Una canción

Space Oddity, de David Bowie.

Una película

¡Muchas! La Jauría Humana, The Blues Brothers

El mejor momento del día

El desayuno con mis hijas y mi mujer.

¿Se siente un privilegiado?

Sí, puedo hacer lo que me gusta.

¿Qué es el dinero?

Un medio para disfrutar de la vida, pero con moderación.

¿Qué compraría si tuviera que gastar 300 euros esta misma tarde?

Algo que hiciera falta en casa.

¿Por qué hay que pagar impuestos?

Porque tenemos que velar y cuidar de nuestra sociedad. Si queremos disfrutar de una vida digna, en buena convivencia con los demás, y con una buena cobertura de derechos fundamentales, por eso hay que pagar. Y para que todos tengamos oportunidades y cuidemos unos de otros. El reto es hacer una buena gestión y uso de esos fondos.

¿Por qué causa iría a una manifestación?

Por la convivencia y el respeto a las personas.

¿Qué está a punto de desaparecer para siempre?

Las cosas no acaban de desaparecer, simplemente mutan en cosas nuevas y se van transformando. De alguna manera, algo siempre perdura.

¿Carpe diem o lo mejor está por llegar?

Carpe diem por supuesto, pero aún te quedan muchas cosas por vivir.

¿Cómo quiere que le recuerden?

Como una buena persona, positiva, comprometida y accesible.

Una familia como la suya que tiene gusto por el arte, ¿qué hace en una industria tan tosca?

Nuestra industria no es más tosca que otras y de hecho tiene un componente estético importante y mucho diseño. Es verdad que somos una familia que siempre ha tenido una intensa relación con la cultura y el arte, desde mi bisabuelo, hijo de joyeros y enamorado de la ópera, pasando por mis padres, apasionados coleccionistas de arte contemporáneo. Eso siempre nos ha acompañado en el desarrollo de nuestros productos de señalización, seguridad vial, movilidad y equipamientos urbanos. A lo largo de los casi 120 años que tiene nuestra empresa y tras 4 generaciones, hemos podido comprobar que estos negocios han sido realmente innovadores desde sus orígenes, y en buena parte se debe a nuestros valores y pasiones.

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