El Ibex 35 ha vivido el mejor trimestre desde hace dos años con una revalorización del 8,2%. El índice cerró marzo en 9.240 puntos, en medio de las tensiones comerciales entre EE UU y China, las señales de desaceleración de la economía global y la sombra cada vez más alargada de un brexit sin acuerdo. El contrapunto lo han puesto los bancos centrales, ya que, tanto la FED como el BCE, retrasarán las subidas de tipos de interés previstas para este año.
El resto de índices europeos también tuvieron buenos trimestres. El Dax Xetra acumuló una subida del 9,2% en su mejor trimestre desde 2016, y el CAC 40 cerró su mejor trimestre desde 2015 con un 13,1%. Al otro lado del Atlántico, el S&P 500 también sumó un 13%, en su mejor trimestre desde 1998.
El Banco Central Europeo ha rebajado las previsiones de crecimiento al 1,1% y la inflación al 1,2%, y ha mantenido su política de tipos bajos.
Parece que no llega un brexit con acuerdo y las empresas que tienen intereses en el territorio están en turbulencias continuas. Uno de los sectores más perjudicados está siendo el de las aerolíneas, que además han tenido que lidiar con la crisis de Boeing. No sólo IAG se está resintiendo sino que Easyjet y Ryanair están notando una reducción en el tráfico aéreo.
El sector de automoción tampoco está atravesando su mejor momento. Las exigencias de la UE en la trasformación hacia cero emisiones, la movilidad compartida y los coches eléctricos están forzando una reestructuración más profunda y rápida en el sector. Además, su nivel de ventas encadena cinco meses de caídas.
Los valores cíclicos están siendo los más beneficiados debido al optimismo por los avances en el proceso comercial, así como Arcelor Mittal y Acerinox están recuperando terreno debido a la recuperación de las materias primas y a los posibles acuerdos entre EE UU y China.
El crudo también ha tenido un trimestre excepcional. El buen dato de crecimiento de la actividad manufacturera en China ha despejado dudas sobre una posible reducción de la demanda de crudo y el éxito en las políticas de control de la oferta de la OPEP y Rusia, también han contribuido. Todo ello, ha llevado al Brent a zona máximos en los 70 dólares/barril.
Los inversores deben mantener la cautela a pesar del buen pulso de los mercados, ya que se espera un alto grado de volatilidad para el próximo trimestre derivado del brexit con o sin acuerdo, de los débiles datos macroeconómicos a ambos lados del Atlántico, de la situación en Turquía y del acuerdo comercial definitivo entre EE UU y China.
