Lanzadera es una rara avis en el mundo de las aceleradoras de startups por su decidido apoyo a los emprendedores que apuestan por los negocios físicos. El 40 % de las empresas emergentes que pasan por la Marina de Empresas comercializa propuestas tangibles. La clave está en el origen. Lanzadera no se puede entender sin Juan Roig, presidente de Mercadona. «Se ha apoyado desde el principio todo tipo de negocios digitales, pero a Juan Roig le gustan este tipo de proyectos físicos por su trayectoria en Mercadona», apuntan desde la aceleradora. Pero, ¿qué lleva a la tercera fortuna de España a ayudar a cientos de emprendedores sin esperar un retorno? «Lo hace por crear riqueza. Fundó Lanzadera en plena crisis porque los emprendedores necesitan un empujón para crecer. Desde ahí apoya a empresas de toda España, pero con Angels (su brazo inversor en startups) solo invierte en compañías que están en València», añaden. La incubadora y aceleradora ha apoyado a 280 empresas emergentes desde su primera edición en 2013, de las que 109 eran de propuestas físicas. El índice de supervivencia es del 85 % y cuenta con casos de éxito como la firma de joyas Singularu (que tras consolidar sus ventas en internet está en pleno despliegue de tiendas) o el hotel Vivood (que recibió el premio al mejor hotel de Europa en la categoría de alojamientos de naturaleza).

La aceleradora analiza cada año entre 1.500 y 2.000 propuestas, y selecciona a un centenar. La apuesta más arriesgada (en la que el propio Roig ha invertido 45.000 euros de su bolsillo) es el proyecto internacional del Hyperloop (el tren supersónico que 'volará' a 1.223 kilómetros por hora) que desarrolla la empresa Zeleros. «A nivel de riesgo es muy elevado, pero es un proyecto revolucionario que sale de València», advierten desde Lanzadera. Al margen del proyecto futurista del Hyperloop, las empresas físicas impulsadas por la aceleradora hacen de todo: cervezas artesanales con sabor a mandarina, relojes de temporada, comida japonesa para llevar, camisas que repelen la suciedad, huertos verticales que no necesitan tierra, pulseras para monitorizar la salud de los bebés, motos eléctricas, robots que pueden trabajar mano a mano con personas o barritas energéticas hechas con harina de grillo. Algunas empresas nacen con ventas en el mercado digital, pero acaban rotando hacia el comercio físico. Miguel Millán, director de proyectos de Lanzadera, explica que el problema de la venta online son los gastos en plataformas de publicidad como Facebook. «Las startups están abriendo tiendas físicas porque sale más barato. Es una tendencia que se está consolidando.

Las empresas primero prueban en tiendas pop up (efímeras) y en mercaditos, lo que ayuda a controlar el riesgo. Si los clientes responden, abren tiendas», precisa. Millán añade que el error más típico que cometen los emprendedores es no validar la respuesta del mercado antes de lanzar el producto. «Aquí tratamos de minimizar los riesgos. Apostamos por fórmulas como el crowfunding, que consiste en que los primeros clientes pagan la producción a cambio de una rebaja del precio».

Relojes de temporada

La empresa Panapop vende relojes bajo el modelo de negocio de moda de temporada o consumo rápido (la idea es que los clientes compren varios relojes asequibles a lo largo del año como la ropa de Zara). La emprendedora Cristina Vidal (tercera por la izquierda) explica que hay una tendencia «natural» a combinar la web con las tiendas físicas.

Hotel de lujo en la naturaleza

Vivood ha construido en la Sierra de Aitana un hotel de lujo integrado en la naturaleza. La idea original del emprendedor Daniel Mayo era producir casetas desmontables para desastres naturales, pero en Lanzadera dio un giro. Roig ha invertido más de un millón en la firma.

Comida japonesa para llevar

El empresario Eduardo Hijlkema (izq. en la foto) ha aprendido en Lanzadera la importancia de focalizar el esfuerzo en un nicho concreto. Entró en la aceleradora con la idea de montar un negocio de cáterin. Tras meses de trabajo le dio una vuelta y fundó la cadena de comida japonesa para llevar Kento, que ya tiene cuatro locales en València y quiere entrar en Madrid.

Zapatos de swing

Lanzadera está acelerando una empresa que produce zapatos para bailar swing. «Sé que es un micronicho, pero hay negocio, asegura Mayte Ample, fundadora de la firma Madame Dynamite.