La firma valenciana VLC Photonics es la única empresa en España que diseña y fabrica microchips que funcionan con haces de luz a diferencia de los tradicionales que son electrónicos. Este tecnología se emplea en telecomunicaciones de larga distancia y centros de datos ya que tiene un sistema de seguridad más desarrollado, en comunicaciones inalámbricas como las que usan los coches autónomos y en instrumental de biomedicina porque permite, por ejemplo, hacer estudios en sangre más certeros. Pascual Muñoz, uno de los socios fundadores de VLC Photonics, explica que los circuitos integrados que diseñan (que técnicamente se llaman fotónicos) equivalen a los electrónicos solo que la transmisión y el procesado de la información se hace a través de la luz láser. Esto permite alcanzar velocidades de transmisión muy altas, pero también reducir «espectacularmente» el tamaño y el peso, y realizar funciones especiales que serían impensables con los microchips electrónicos. La compañía, que el año pasado tuvo un volumen de negocio de dos millones de euros, cuenta con quince trabajadores y vende el 93 % de sus servicios fuera de España, principalmente en el resto de Europa, Norteamérica y Asia. La empresa tiene cuatro socios y la Universitat Politècnica de València cuenta con una participación minoritaria.

El ejemplo más claro de la utilidad de los microchips de VLC Photonics es el coche autónomo, que estará permanente comunicado con las señales de tráfico y otros dispositivos en la carretera. Sin los microchips fotónicos, los vehículos deberían ir equipados con una antena enorme como la que utilizan los coches de Google Street Wiew para fotografiar las calles. La empresa rechaza dar detalles sobre sus clientes por razones de confidencialidad, pero confirma que trabaja para compañías de los sectores de la automoción, telecomunicaciones y biomedicina.