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Tiempos modernos para las frutas

El auge de los alimentos procesados dispara el negocio del comercio hortofrutícola. La empresa familiar Peris, uno de los «reyes» del melón en España, entra de lleno en la gran distribución con la cuarta gama

Tiempos modernos para las frutas M. Á. Montesinos

Mientras el sector citrícola lame sus heridas tras la desastrosa campaña 2018/2019 otros negocios hortofrutícolas afrontan tiempos modernos muy prometedores. «Se trata de hacer las cosas bien y apostar por la calidad», explican los propietarios de Peris. Así lo entiende esta conocida saga de empresarios en l’Horta Nord cuyo negocio arrancaba tras la guerra civil y en el que la tercera generación ya está al timón del equipo directivo y de gestión. No dejan de pensar en sus orígenes... En tiempos de necesidad y escasez, pero también de emprendedores, en 1944, cuando las cosas parecían, muy lentamente, querer normalizarse, el dueño de una importante parada de mercado de Barcelona, Joaquín Crumols, se puso en contacto con Ramón Peris Orts y le pidió que volviera al comercio del melón. Sin embargo, lo que este hizo fue proponerle a su hermano Vicente tomar las riendas de una incipiente actividad empresarial propia. Empezaron a trabajar acreditando una selecta marca de melón denominada 18 Quilates. Fue todo un éxito en el mercado. Varias décadas después desembarcó la segunda generación; es decir, los hijos de Vicente (Rosa y Joaquín). Lograron ser los más importantes comerciantes de España en este producto de calidad. Además, promocionaron otras marcas que pronto alcanzaron gran aceptación en gran parte del mercado doméstico. Una de ellas sobrevive: Vicentín, cuya clásica etiqueta lleva la imagen del fundador del negocio, ataviado con un traje de torrentí acompañado con el sobrenombre con el que le conocían en su entorno.

La mercantil con cuartel general en Cuiper (pedanía de Foios), cuyo principal negocio es la venta de melones y sandias, ya suma entre sus clientes importantes restaurantes y fruterías gourmet como El Celler de Can Roca, Felix Palacios (proveedor de fruta de la Casa Real), Club del Gourmet de El Corte Inglés, así como Carrefour o Consum, entre otras grandes firmas de la distribución. Además, desde 2018 ha entrado de lleno en el mundo de la cuarta gama, el de los alimentos procesados y preparados para comer. ¿El secreto? Cuentan los expertos y paladares exquisitos que las enseñas de melones de Peris son probablemente unas de las mejores del mundo. Superados ya los sesenta años de historia, esta saga familiar no se conforma con hacer crecer su principal línea de actividad y de generación de ingresos. La exitosa fórmula de frutas procesadas -que comercializa también con la marca FruitFresh- triunfa asimismo en las estanterías de hipermercados, supermercados y tiendas de barrio; así como en el canal Horeca (el de los hoteles, restaurantes y cafeterías). La gran distribución ya acapara el 60 % de su negocio y, por tanto, no deja de crecer en las líneas de producción de su nueva planta de Albuixech, donde ya trabajan una treintena de trabajadores.

Sus actuales gestores todavía se acuerdan que desde estas tierras muy próximas al mar el fundador del imperio hortofrutícola cultivó una variedad que denominó roget por sus tonalidades doradas, dándolo a conocer como el melón de Cuiper. Y relanzó en el mercado las enseñas Peris, Oro de Cuiper y la de mayor calidad, la ya citada Vicentín. En la actualidad ya pilotan esta empresa dos representantes de la tercera generación: Alberto Montaña Peris, socio y director general y Marta Peris Pellicer, adjunta a la dirección comercial; así como otros dos de la segunda: Rosa Peris Tatay, directora comercial y Joaquín Peris Tatay, socio y responsable de producción.

Producción en España, Brasil y Senegal

El grupo empresarial logró una cifra de negocio de 11,5 millones de euros en 2018, una cantidad que esperan aumentar en un 5 % durante este ejercicio. Una quinta parte de sus ventas ya corresponden al negocio de diversificación, es decir, a la llamada cuarta gama. Según sus propietarios, «esta actividad será clave en el modelo de negocio de la compañía durante los próximos ejercicios». En 2018 comercializó 6.800 toneladas de sandías, de las que un 90 % eran sin pepitas. Las ventas de melón se elevaron a 6.100 toneladas, que pueden crecer en torno a un 10 % a lo largo de 2019 en comparación con el anterior. «Apostamos por la producción local pero para servir a sus clientes debe acudir a otras latitudes (Brasil y Senegal) para suministrar esta fruta todo el año», explican los dirigentes de Peris. En concreto, importa el 10 % de la sandías que pone en el mercado, un porcentaje que se eleva al 25 % en el caso de los melones.

El volumen de exportación ya supera el 20 % de su cifra de negocio y los principales destinos son Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Austria. La empresa de los Peris, además de sus marcas propias también confía en las del distribuidor. Y acaba de lanzar al mercado FruitFresh. «La cuarta gama ha dejado de ser noticia para convertirse en una clara realidad en nuestros frigoríficos. En el caso de las frutas son los consumidores urbanitas quienes tiran de la categoría con crecimientos de dos dígitos anuales», apunta el socio y director general de Peris, Alberto Montaña Peris. Su última aventura empresarial ha sido la adquisición de una nave en Albuixech para el proceso de elaboración de sus productos. En maquinaria ha invertido alrededor de 1 millón de euros. Aquí procesa melón, sandía, piña, mandarinas, naranjas, granadas, pomelos, mangos, habas, guisantes, garrofó... hasta calabaza al horno. Han sido los primeros en lanzar una nueva experiencia gastronómica al lanzar una gama de frutas con un ligero toque de almíbar de mayor caducidad (un mínimo de veinte días de vida útil). Dice que eso ha sido fruto de la investigación de una «técnica milenaria».

Respecto al futuro, Peris reconoce que «con la llegada de nuevos operadores al mercado es necesario innovar y buscar nuevas líneas de trabajo como la fruta fresca preparada o formatos dirigidos de manera específica al público infantil. En este crecimiento desbordante actual surgirán normativas que regularán con claridad el corte y manipulación de frutas en espacios inadecuados para garantizar la salud alimentaria, se consolidarán las diferencias entre marcas premium y marcas de precio y se conseguirá incluir en los lineales otras propuestas como las frutas de hueso, caqui o tropicales, entre otras», indica. Y aunque grandes firmas de la distribución, como el buque insignia, Mercadona, renunciaron hace ya tiempo a la fruta pelada y envasada, Peris sostiene que son tiempos modernos, apasionantes y confusos a la vez «en los cuales todos los actores de mercado somos responsables de conseguir que mucha más gente pruebe y se fidelice en el consumo de frutas frescas procesadas». Veremos.

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