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Dinero de ida y vuelta

España es país de origen de 18.000 millones y de destino de otros 11.000 en remesas, una actividad que crece a la par que la inmigración

Uno de los establecimientos de Ria. EMV

Es un negocio que a los bancos no les interesa, por mucho que cueste creerlo porque de por medio está el dinero. Tampoco a los usuarios les compensa operar con una entidad financiera al uso. Es un nicho de mercado, el de las transferencias de dinero a nivel internacional, que da servicio a los migrantes y en el que se mueve como pez en el agua la multinacional Ria, fundada en 1987 en Nueva York y que seis años más tarde inició su expansión en el exterior a través de España, uno de los países con más movimientos de remesas, con 18.000 millones de euros en origen y 11.000, en destino. A modo de ejemplo, desde aquí salen cada año unos 1.500 millones hacia Marruecos y unos 900 hacia Ecuador. En efecto, los clientes son personas que, en líneas generales, viven en un país ajeno y remiten parte de sus ingresos, pequeñas cantidades que son la salvación de sus familiares en sus territorios de origen. Como afirma el director de Nuevo Negocio para Europa de la citada firma, José Ivars-López, si alguien envía 50 euros, aquí no es nada pero allí «es el 50 % de los ingresos mensuales de la familia que lo recibe».

No toda la clientela de Ria, que mueve 34.000 de los 534.000 millones que transfiere esta industria, es migrante foráneo. También «tenemos valencianos. Carpinteros, ebanistas, chapadores que trabajan en el Reino Unido en la construcción y reenvían el dinero a través de nosotros a su familia en València. Lo hacen porque el dinero lo entregamos de forma inmediata». ¿Cómo lo consigue? «Damos de alta como agentes financieros a los locutorios, todo ello amparado y autorizado por el Banco de España. El locutorio tiene acceso a nuestra plataforma de pagos. Uno se identifica como cliente o se le da de alta como tal y ya envía el dinero hasta un tope que puede llegar a 1.500 euros. Paga al del locutorio, este pone el nombre del beneficiario y, a través de nuestra plataforma, en menos de un minuto, nuestros agentes en el país de destino ya pueden pagar. Los agentes del país de destino son también locutorios, aunque asimismo pueden ser cadenas de supermercados o bancos».

No es gratis, claro, aunque mucho menos oneroso que si se hiciera a través de un banco, cuyos costes, según Ivars, «son más elevados, porque no les interesa ese tipo de cliente». Un inconveniente añadido para estos, además de un precio más elevado, es que el destinatario de su envío se encuentre cerrada la oficina y no pueda recibir el dinero hasta el día siguiente. En Ria cobran una comisión fija de envío: un euro cuando se trata de Europa o entre 5 o 7 cuando es a países complicados como Venezuela. Sin embargo, a India esa cantidad es de cero «por la necesidad de adaptarnos a la competencia». También percibe un dinero por el tipo de cambio: desde un 0,9 % a un máximo de entre el 7 % y el 8 %. Con esas comisiones «pagamos al pagador del cash, al que ha generado la transacción y la parte que nos corresponde», asegura Ivars, quien añade que «todos los locutorios que trabajan con nosotros tienen que ingresar a diario el cash que han recibido para cobrarlo nosotros, que lo hemos adelantado».

La llegada masiva de migrantes a Europa, procedentes sobre todo de la Europa del Este, América y el Norte de África, está permitiendo a Ria crecimientos de su volumen de negocio del 22 %, explica este directivo, que concluye que «también hay mucho tráfico de remesas dentro de los países ricos. Por ejemplo, pakistaníes del Reino Unido con un nivel alto que envían dinero a pakistaníes familiares o conocidos que viven en España y son de primera o segunda generación. En Cataluña, hay 100.000 pakistaníes. No subsidian a familiares de Pakistán sino de España». Ya saben, el mundo es un pañuelo.

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