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Agroalimentario: el motor no tenía tantos caballos

El sector español, por culpa de la industria, aún no ha recuperado los niveles previos a la crisis. Aún así, aporta el 9,2 % a la economía nacional y emplea a 2,4 millones de trabajadores.

Agroalimentario: el motor no tenía tantos caballos

El sector agroalimentario fue una tabla de salvación muy relevante durante los años de la crisis, singularmente en la Comunitat Valenciana, porque contribuyó a que la economía no se hundiera más, sobre todo por su vocación exportadora, pero no fue ajeno a la hecatombe que cayó sobre España en aquellos luctuosos años, en especial en su vertiente industrial. El grupo cooperativo Cajamar acaba de publicar un informe sobre esta actividad, coordinado por el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Joaquín Maudos, donde se analiza este sector en el contexto europeo y con la novedad de contemplar también su impacto a través de la comercialización. Según explicó Maudos a este diario, la agroalimentación, por su especialización en la zona y su fuerte vocación exterior -acuérdense de los cítricos, por ejemplo-, tuvo un papel básico en la Comunitat Valenciana, pero no tanto en el conjunto de España, «donde bajó mucho más». Y es que el citado documento destaca que la industria, que representa un tercio de esta actividad en el país, registró un descenso del Valor Añadido Bruto (VAB) del 18 % en términos reales entre 2008 y 2014, mientras que en otros países europeos «se mantuvo estable». Aún no se ha recuperado. Por su parte, la agricultura, que equivale a otro 31 %, fue al alza, al igual que la distribución, tanto mayorista como de supermercados y tiendas, que representa el 38 % del sector.

Aún así, las magnitudes de la agroalimentación son determinantes en la economía española. Con un VAB de 100.742 millones, representa el 9,2 % del total. Los datos laborales son muy destacados, con 2,4 millones de empleados, de los cuales casi la mitad están trabajando en la distribución. En 2018, crecieron un 0,8 %, con lo que encadenaron cinco años consecutivos de incrementos. Asimismo, los 49.502 millones exportados en 2018 equivalían al 16,9 % de las ventas españolas al exterior. El superávit comercial superó los 12.000 millones. España es la quinta economía de este sector en la UE -la cuarta en exportaciones-, a la que aporta el 11,4 % del VAB de esta actividad, por encima del 7,7 % de la economía española. Los seis principales productores agroalimentarios europeos (Alemania, España, Francia, Italia, Holanda y Reino Unido) acaparan el 71 % del total del sector en la UE. Según el citado informe, desde 2008 y hasta 2017, España «presenta el segundo menor crecimiento acumulado del VAB real, ligeramente superior al de Italia». El motivo, como ha quedado dicho, fue el comportamiento negativo de la industria de la alimentación, bebidas y tabaco, que «neutraliza» la evolución del sector primario, cuyo crecimiento acumulado es más alto (15,7 %) y muy superior a la media europea (3 %). La distribución agroalimentaria, por su parte, se ha convertido en la tercera más dinámica del continente en términos de VAB, con un crecimiento acumulado del 25,9% en los últimos nueve años. Solo Holanda y Gran Bretaña están por delante.

La productividad se incrementó en un 1,5 % y los costes laborales unitarios, un 21 % inferiores, convierten al sector en «mucho más competitivo que el de la UE-28», aunque los 56.312 euros por ocupado de la industria están muy por encima de los 41.465 de la agricultura y de los 32.952 de la distribución. Por último, el informe destaca que «el esfuerzo innovador del sector obtiene el dato menos favorable, ya que la inversión en I+D como porcentaje del valor añadido (0,5 %) es inferior al del total de la economía española y se sitúa por debajo del sector agroalimentario de la UE (0,7 %)».

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