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¿Cómo trabajar cuando nada vale nada?

¿Cómo trabajar cuando nada vale nada?

Hemos cerrado una de las peores campañas citrícolas que se recuerdan, donde una parte importante de la fruta se ha pagado a precio de saldo, o directamente se ha quedado colgada en el árbol. La tendencia de precios de derribo ahora se traslada a la fruta de verano, donde la campaña comienza con graves desequilibrios, ante los cuales los agricultores seguimos indefensos. «Nos meten la mano en el bolsillo» o «Nos han robado el trabajo de todo el año» son algunas de las frases más usadas por los productores. Desde UPA-PV le pedimos al gobierno que actúe a través de la AICA (Agencia de Información y Control Alimentario) ante la avalancha de denuncias que se han presentado y se siguen presentando a diario por el incumplimiento sistemático de contratos, retrasos en los pagos y abusos de toda índole. Es necesario que actúen con contundencia y voluntad política, es necesaria una regulación firme.

Mientras tanto, desde Bruselas, lejos de ayudarnos nos lo ponen francamente más difícil cada vez. Esta semana mismo hemos tenido una reunión con el Ministerio a cuenta de la sectorial de cítricos. La Unión Europea sigue dando por válidos como precios de «origen» los precios «a puerta de almacén» sin tener en cuenta los costes de producción, ni los precios percibidos por los agricultores. Por lo que siguen tomando acuerdos y desarrollando políticas en base a información errónea e incompleta. Señora consellera, señor president, señor ministro, es necesario que exijan a Bruselas que se cambie esta manera de trabajar urgentemente, a ver si de una vez por todas se enteran allí de que a los agricultores no nos salen las cuentas, que con las decisiones que toman, como el acuerdo de Mercosur en los términos negociados, por ejemplo, nos están arruinando.

Es bastante contradictorio que consideren urgente frenar el despoblamiento del medio rural y se invierta ingentes cantidades de dinero para facilitar el relevo generacional cuando sistemáticamente ponen la agricultura europea a los pies de los caballos, nos exponen a la entrada de nuevas plagas y nos usan como moneda de cambio en los acuerdos comerciales con países terceros. Es curioso cómo los máximos dirigentes europeos desoyen los dictámenes del Comité Económico y Social europeo que piden más apoyo para los agricultores y que apuntan a que la falta de viabilidad económica de las explotaciones europeas es un problema grave, o que el promedio de la renta agraria es tan solo del 46,5% de otros sectores . Asimismo, insisten en que a nivel nacional se debe considerar un enfoque de negociación de mercado inverso mediante el establecimiento de cadenas de valor que tengan como objetivo dar a los agricultores unos ingresos dignos. Es necesario ponerse a trabajar para ordenar este desastre.

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