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Sectores productivos

Nuevos tiempos para el cava valenciano

Directivos de las bodegas Coviñas, Dominio de la Vega, Torre Oria, Pago de Tharsis, Chozas Carrascal e Hispano Suizas, en un viñedo de Requena. por josé luis zaragozá

Mientras aún resuena el rugido de los tractores de los viticultores de Requena en protesta por el hundimiento de los precios de la uva en el campo, los amos del cava valenciano sostienen que ellos no tienen «capacidad ni dimensión para influir en esas cotizaciones». Ajenos a esos conflictos, que los propios agricultores atribuyen a la especulación de grandes firmas del cava catalán, ahora en manos de fondos de inversión, las bodegas incluidas en la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena entran de lleno en la campaña 2018 cuando ya faltan pocos meses para la Navidad. Cuentan que su negocio no consiste en competir con los catalanes. Carecen de dimensión para ello. Tampoco poseen el glamour de Freixenet o Codorniu, ni protagonizan grandes anuncios de televisión durante las fechas navideñas. Con todo, después de pocas décadas en el mercado se han ganado un merecido respeto en España y en el exterior. Además, en la corta trayectoria empresarial de las bodegas de cava valencianas hay historias bonitas. Requena aspira a llegar a las 4.000 hectáreas de producción de cava, lo que permitiría duplicar la comercialización de botellas en diez años y superar los 20 millones de litros. Pero el Ministerio de Agricultura frenó nuevas autorizaciones por las presiones del lobby catalán del cava. De las 36.110 hectáreas inscritas en la DO del Cava de España, 3.136 pertenecen a Requena, donde el 15 % de la superficie de viña se dedica a estos espumosos, con precios superiores en los mercados respecto a otros vinos. La DO del Cava de España produce 252 millones de botellas, de las que un 3,5 % (unos 9 millones) son de Requena.

«El cava valenciano ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Superaremos los 8 millones de botellas en 2018 y esperamos que en poco tiempo esa superficie supere las 4.000 hectáreas», explica Emilio Expósito, presidente de la Asociación, a la sazón máximo responsable de Dominio de la Vega. Recuerda que hace solo un lustro se producían 1,5 millones de botellas. Y que las empresas de esta comarca «privilegiada por su climatología para cosechar y elaborar vinos» apostaron de lleno por invertir y modernizar sus bodegas. De hecho, no hay mas que contemplar instalaciones como las de Dominio de la Vega, entre otras, volcada de lleno en actividades vinculadas como el enoturismo y con cuartel general en un histórico caserón, la Casa del Conde, que en otros tiempos albergó una conocida discoteca en la comarca: Tropyco. En un sector muy masculinizado hasta ahora las mujeres también comienzan a tomar el mando de algunas bodegas. María José López Peidró, copropietaria de Chozas Carrascal,y Ana Suria, gerente y accionista de Pago de Tharsis, son ejemplo de ese cambio.

Convivencia de cooperativas y bodegas familiares

Aunque los negocios vitivinícolas han sido terreno abonado para batallas familiares que en bastantes casos han desembocado en el cambio de propiedad o la venta de participaciones mayoritarias a otros inversores, esa situación no se da, al menos por el momento, entre los «jefes» de las burbujas de Requena. La cooperativa de segundo grado Coviñas, las bodegas en manos de sagas familiares, directivos y enólogos de la tierra como Chozas Carrascal, Dominio de la Vega, Hispano Suizas, Pago de Tharsys, Torre Oria y grandes inversores como Unión Vinícola del Este (UVE) conviven en armonía.

Es un sector joven porque hasta mediados de los ochenta ninguna bodega valenciana podía comercializar todavía el cava; era un privilegio reservado hasta entonces a las bodegas del Penedés. El municipio de Requena es así el único de la Comunitat Valenciana con la denominación de origen protegida cava. Lo suyo le costó. Ese monopolio fue roto gracias al tesón y constancia del exconseller de Agricultura Lluís Font de Mora (1983-1993), quien hizo posible que Requena fuera incluida en la región del cava aunque también, tras reivindicar otros intereses del campo valenciano, le costó el puesto de conseller. Font de Mora llegó a decir que «el Rey (Juan Carlos) tenía más conocimientos sobre la agricultura valenciana que Felipe González». El expresidente de la Generalitat Joan Lerma le cortó la cabeza. Font de Mora dimitió.

Recuerdos al margen, Expósito y los otros bodegueros valencianos del cava sostienen que esta actividad tiene mucho futuro. Como lo ha tenido el negocio del vino en general desde la época íbera hasta la actualidad. Decenas de lagares tallados en piedra, ánforas, documentos y restos de pepitas de uva hallados y estudiados remontan la cultura vinícola de Utiel-Requena a los orígenes del vino en la Península Ibérica. Allí conviven los propietarios de bodegas con casi 800 agricultores productores de uva para cava que esperan producir entre 20 y 22 millones de litros, de los que se comercializan 8 y el resto se vende como vino base, a granel, a otros territorios. Fuera de la asociación hay más elaboradores de cava, como Vegalfaro o Castell dels Sorells, entre otras firmas.

«La campaña de 2019 -explica el propietario y responsable de las viñas de Hispano Suízas, Rafael Navarro- viene con excelentes condiciones porque ha sido un verano muy bueno: llovió al principio y luego ha hecho mucho calor. Los niveles de acidez están bien equilibrados y la maduración de la uva, perfecta». Y es que, el sector valenciano del cava tiene muy buenas posibilidades y ha orientado su producción a la calidad, si bien en los últimos años tiene que competir con el vino espumoso en el mercado internacional. La viticultura tiene futuro en estos parajes, según sus propietarios, porque la calidad de sus uvas, la climatología y las condiciones fitosanitarias de las plantas son perfectas. Eso sí, habrá que ver los efectos de las lluvias de estos últimos días.

«No influimos en los precios»

Al hilo de los bajos precios en origen, el presidente de la Asociación de Elaboradores de Cava destaca que la mayoría de bodegas valencianas carece de capacidad de influir en los precios porque la mayoría tiene producción propia. «Tampoco hemos hecho una asociación para fijar precios», explica Expósito en presencia de propietarios y directivos de las otras firmas de Requena. En su opinión, el hundimiento de los precios en el campo respecto a la anterior campaña, entre un 20% y un 30 % inferiores, «ha sido una factor sobrevenido», apunta. Con todo, según las organizaciones agrarias, si se confirman los precios a la baja que están ofreciendo las grandes bodegas a los largo de la temporada, los productores valencianos sufrirán unas pérdidas económicas superiores a los 28 millones de euros, de los cuales cerca de 7,5 millones corresponden al sector del cava de Requena.

Terreno abonado para más inversores

Más allá de hechos «coyunturales» de esta temporada, el potencial de crecimiento del negocio de estos caldos, reconocen las propias empresas, «sigue abonado a que vengan inversores tanto de España como del exterior. Para todos los que estamos aquí -sostiene Expósito en referencia a las bodegas asociadas en la DO del cava valenciano- sería interesante y deseable. Es importante crear valor añadido y calidad. Eso nos va a dar el prestigio tanto como crecer en ventas». También destaca que es necesario buscar entendimiento entre cooperativas y bodegas privadas. «Tenemos que encontrar equilibrios en el sector porque será lo mejor para todos», apunta el presidente de esta DO. A esa reflexión asiente el responsable de Marketing y Comunicación de Torre Oria, Iván Cárcel. En su opinión, «Requena es un paraíso para la actividad vitivinícola y para apostar por el cava», explica el representante de la centenaria bodega rescatada hace un lustro por el presidente de Mercadona, Juan Roig, y ahora en manos del ejecutivo Eloy Bautista. Un voz autorizada en el negocio del cava valenciano también es Coviñas, que aglutina a 10 cooperativas. Según su director de Exportación, Manolo Pardo de Donlebun, las bodegas de este territorio «consideran que es un terreno propicio para el desembarco de nuevas empresas por la calidad y condiciones climatológicas que ofrece. Y se nota un incremento de la demanda del cava de Requena en todos los canales de venta». En parecidos términos, Rafael Navarro (Hispano Suízas) destaca que hay mucha demanda de cavas de alta calidad. «No hace falta ir a Cataluña», apunta. Pendientes del cielo tras casi una semana que ha paralizado la recolección de uva por el intenso temporal de lluvias los bodegueros valencianos siguen mirando hacia el futuro. Tampoco parece preocuparles que la DO Cava de España, dominada por las bodegas catalanas, estalle ahora ante el intento de crear una nueva denominación auspiciada por las firmas Corpinnat y Clássic Penedès. «Nosotros a lo nuestro», concluye Emilio Expósito.

Coviñas, la apuesta por la economía social

Coviñas, la apuesta por la economía socialGrupo Coviñas comenzó su actividad en 1965 en Requena, cuando diez cooperativas de la zona se unieron para crear una destilería. La cooperativa de segundo grado es la bodega líder de la D.O. Utiel-Requena, donde controla algo más del 41 % del viñedo en propiedad. Representa a algo más de 3.000 agricultores bajo la bandera de la economía social. Vende más de 12 millones de botellas anualmente y exporta sus productos a una treintena de países. Prevé llegar a 500.000 botellas este año, lo que supone un crecimiento del 25%. Tiene 10.000 Ha. y destina un 10 % a uva de cava. Selecciona las mejores calidades para elaborar espumosos y vende el resto como vino base (granel). La facturación global de vino embotellado fue de 18, 1 millones de euros (800.000 euros en cava).

Chozas Carrascal, segunda generación al mando

Los hermanos Julián (enólogo) y María José López Peidró (directora de operaciones) pertenecen a la segunda generación de esta bodega familiar fundada por sus padres, Julián López y María José Peidro, en el año 1990. Según su joven enóloga, «en este negocio hay que seguir apostando por dar valor a la botella y por la calidad. Lo importante es valorizar nuestro modelo de negocio, el del cava de Requena, en España y en el exterior. Entrar en precios medios y medios altos. Estamos en un territorio privilegiado para la elaboración de cava», apunta María José López. La innovadora bodega, también volcada en actividades de enoturismo, apuesta por las elaboraciones especiales y de largo recorrido, elabora 50.000 botellas y posee 20 hectáreas de olivos y 80 ha, de viñedo. Factura 2,28 millones.

Dominio de la Vega, renace de Torre Oria

Hace ya cuatro décadas las familias de viticultores que fundaron Dominio de la Vega fueron actores principales en los primeros pasos del cava de Requena. Dominio de la Vega fue puesta en marcha por Fermín Pardo, Emilio Expósito (actual presidente y máximo responsable de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena) y Álvaro Faubel, quienes eran accionistas fundadores de Torre Oria . Pero de allí huyeron tras una larga batalla interna por el control accionarial con los socios de la firma que contaba a la fabricante de chocolates Natra en la propiedad.Desde sus inicios apostó por la variedad autóctona Bobal. La bodega produce 500.000 botellas de cava. Factura 2,6 millones de euros y posee 85 hectáreas de viñedos en propiedad en varias fincas.

Hispano suizas, el sueño de tres visionarios

Creada en 2006 por tres amantes del vino, Hispano Suizas es gobernada por Pablo Ossorio (enólogo) y Rafael Navarro (director técnico). En este sueño hecho realidad también participó Marc Grin. La bodega posee vinos con las denominaciones de origen de València, Utiel-Requena y cava. Cuentan que su negocio son los vinos de alta gama. «Ganamos cuota de mercado en los niveles de poder adquisitivo más elevado», explica Rafael Navarro. «Nuestro sistema de trabajo es buscar la excelencia. No queremos ser un cava de segunda división», indica. Vende al Club Gourmet de El Corte Inglés, tiendas especializadas y hostelería. Exporta el 25 % de sus ventas. En 2019 prevé crecer entre un 8% y 10% respecto al año anterior. Alcanza las 83.000 botellas y factura 1,8 millones euros.

Pago de Tharsys, la ilusión de una enóloga

Ana Suria, licenciada en Farmacia y Enóloga, es el «alma mater» de esta coqueta bodega tras iniciar andadura profesional en la dirección técnica de varias empresas privadas y cooperativas. Mujer emprendedora, finalmente puso en marcha Pago de Tharsys en 2002, junto con su marido, Vicente García. Iniciaron sus plantaciones y rehabilitaron una antigua bodega de inicios del siglo XIX. Suria forma parte de la junta directiva de la asociación de empresarias EVAP y preside la Asociación Ruta del Vino Utiel-Requena. Dice que «las empresas hacen un gran esfuerzo inversor en producción, comercialización e I+D+i». La bodega produjo 700.000 botellas en 2018 y prevé 770.000 en 2019. Tiene 14 hectáreas en propiedad de cava y dirige otras 70 ha. Factura 3,1 millones de euros.

Torre Oria proveedor de Juan Roig

Eloy Bautista es el nuevo timonel de la centenaria Torre Oria desde 2017. Entonces, el fondo Angels (vehículo de inversión empresarial del presidente de Mercadona, Juan Roig) vendió su participación mayoritaria a su principal ejecutivo y mantuvo un 10 % de su capital. La bodega valenciana experimentó el año pasado un crecimiento de más de un 40% en su volumen de ventas, que pasó de 13,5 a 19 millones. En 2013 la centenaria bodega, fundada en 1897 por la familia Oria de Rueda, que originalmente se dedicaba al mundo de la seda, estaba en situación de pérdidas. Desde entonces, la inversión acometida y la gestión aplicada por la nueva propiedad, llevó a la firma a remontar resultados y salir de los números rojos. Fue pionera en vender cava fuera de la DO del Penedés.

UVE, la firma ligada a socios de Freixenet

Unió Vinícola del Este (UVE) es una gran bodega que comercializará este año unos 4 millones de botellas. Carece de viñedos propios, por lo que es uno de los principales clientes de los viticultores de la zona. El importe neto de la cifra de negocios de 2018 fue de 23,7 millones de euros, que supone un 20,9 % más que el año anterior. Es, sin duda, una auténtica máquina de producción y motor para la comarca. La familia del presidente de Freixenet hasta febrero de 2019, José Luis Bonet, comparte actividades con el principal socio de referencia de UVE. Esta firma está participada por GrupoDisber Siglo XXI (12,9%), empresa familiar cuya consejera delegada es María Coll, y Vininver (86%. La gerencia de Unión Vinícola del Este está en manos de Mayte Cambrall y Manuel Panadero.

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