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Entrevista

"¿Tasa? El turismo no es especulativo ni depredador. Es una bendición que yo no penalizaría nunca"

Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo. "La desgracia de otros no puede ser una oportunidad. Construyamos un modelo fuerte". "Vigilaré para que no haya en nuestros aeropuertos desventaja frente a otros por ayudas públicas tras Thomas Cook"

Francesc Colomer. Foto: David Revenga

El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer (Benicàssim, 1966), comienza mañana la trascendental cita de la World Travel Market de Londres que va a permitir al sector tomar la temperatura del mercado británico en la cuenta atrás hacia el Brexit. No es un país cualquiera para la C. Valenciana. Son 2,9 millones de turistas al año, el 31,5%, y en un contexto rodeado de incertidumbres. La Generalitat, desde la «empatía», busca seducir con argumentos más allá del sol y playa a un público al que abraza con un «sois bienvenidos, más que nunca».

¿Qué espera de la World Travel Market que se celebra desde mañana en Londres?

Vamos con fuerza, optimismo, conscientes y prudentes del momento que vivimos. Parece que el desenlace del Brexit no será el escenario más dramático, apocalíptico, que se auguraba, aunque es una historia interminable. Vamos con la convicción de estar haciendo los deberes, continuar abriéndonos a más públicos británicos. La estrategia del mercado británico no se agota. Hemos presentado el plan de refuerzo de estrategia on line [una campaña de 650.000 euros para reforzar la idea de tierra amistosa para los británicos]. Abrimos el año pasado un stand diferenciado para que nuestro sector, con alrededor de 50 expositores profesionales, tenga espacio de trabajo. Vamos con instinto profesional, a dar la mejor versión, y con la estrategia de reforzar la empatía, con un marketing más emocional que nunca. Puede caerse el mundo, los gobiernos pueden reforzar las fronteras, pero el turismo es empatía, hospitalidad, sois bienvenidos, más que nunca, como siempre.

Pese a la diversificación que está haciendo el sector, con nuevos productos, cualificando la oferta para atraer más poder adquisitivo, hay perfiles que buscan masivamente el sol y playa y que pueden elegir por precio entre nuestro destino o los del Mediterráneo oriental, que se recuperan. ¿Se plantea algún incentivo para hoteleros?

Vamos a trabajar con los principales actores para defender lo que no es una foto fija. El turismo británico adora Benidorm, pero no solo somos sol y playa en el sol y playa que tenemos. Tenemos rivales en el mundo, Baleares, Canarias, pero Benidorm y la Costa Blanca, con su complementariedad, gastronomía, el interior, el turismo de congresos, no es un sol y playa vulgar, estándar. El propio Benidorm es una ciudad resort, es un concepto diferente a Antalya (Turquía), que es un gran rival. Acentuar estas diferencias es nuestra ventaja competitiva. La Costa Blanca tiene mil alicientes de gama cultural.

¿Qué sintió cuando se despertó un lunes con la caída de Thomas Cook? ¿Qué lección puede extraer el sector valenciano de esto?

Muchas. Con el turista tecnológico la capacidad de elegir se ha democratizado muchísimo. Es la gran oportunidad del futuro porque David tumba a Goliat, a los grandes que no han sabido interpretar los cambios. Es estimulante. Con Thomas Cook lo primero que comprobé es que solo había dos vuelos con Alicante y por lo tanto los problemas iban a ser suaves, a diferencia de Baleares y Canarias. Certifiqué cierta inteligencia colectiva y la sabiduría del sector que diversificó. La lección es que hay que diversificar, no podemos jugarnos la vida ni el futuro a los gigantes porque más fuerte será la caída. Hay que diversificarlo todo: mercados, segmentos, procedencia, abrir el angular permanentemente, también en los distribuidores. El mercado tardará poco en ocupar el espacio de Thomas Cook. El mundo cambia, cambian modelos de negocio, conductas, personas? Es un recordatorio brutal de que hay que interpretar que el mundo cada día es como un recién nacido.

Los hoteleros valencianos han exhibido su malestar por quedarse fuera de las ayudas por Thomas Cook, cuando el Gobierno no se acordó del sector en 2017 tras la quiebra de la aerolínea Monarch, con gran impacto en Alicante. Ahora piden incentivos para paliar los efectos del Brexit.

He vivido la gestión de la crisis dentro del Consejo de Turismo de España, haciéndome eco de las preocupaciones del sector valenciano. Efectivamente, ha habido comunidades que han padecido más que otras, pero en la medida en que se pudieran articular incentivos para algunos aeropuertos de cara a futuro, crear nuevas reglas del juego, sí que hice la observación a la ministra de Industria de que no podíamos aceptar agravios comparativos: muchas compañías podrían reorganizar sus planes en función de esas reglas del juego en que algunos aeropuertos partirían con incentivos, exoneraciones, lo que sea. Mucho cuidado con eso. Y esa voz se escuchó, ya lo creo que se escuchó, y lo trasladé con argumentos.

Los incentivos aeroportuarios quedaron fuera del plan de ayudas.

Queda fuera porque dicen que lo puede gestionar Aena. A ver cómo evoluciona pero estaremos vigilantes para no quedar en desventaja competitiva con otros aeropuertos.

El Imserso también tiene en pie de guerra al sector hotelero. Dicen qué trabajan a pérdidas. ¿Se puede hacer algo?

Lo hemos trasladado con contundencia por tierra, mar y aire, dispuestos a ser parte de la respuesta. Ni siquiera el ministerio tiene la competencia, que es de Sanidad, pero hemos emplazado a la ministra a que se sienta concernida por esto. La ecuación del Imserso está mal resuelta. Es un proyecto maravilloso pero descansa sobre el altruismo y la pérdida de un sector. Se convierte en un círculo vicioso si el sector no ve rentabilidad, y rentabilidad es simplemente sostenibilidad. El Imserso tiene dos almas, la social, y la desestacionalización, sostenibilidad y empleo, y eso no podemos obviarlo. Creo que el próximo pliego tendrá un coste realista para empezar.

¿Cómo valora esta campaña veraniega? Parece que el turismo extranjero en España se acerca a su techo pero en la C. Valenciana aún crece. ¿Le preocupa morir de éxito?

Prestamos escasa atención a las cifras cuando son buenas. Nuestro reto es interpretar la transformación digital, la inteligencia de mercados, la cualificación del producto, los valores, el branding, la construcción de la marca, el posicionamiento en los mercados que interesan? La administración turística tiene que estar continuamente inquieta, cabreada consigo misma por tratar de trascender el presente y situarnos en cómo estar mejor mañana. Esa es la mentalidad. Sé que las cifras nos acompañan. Sería ridículo decir que es porque hacemos las cosas bien. El sector valenciano no está reconocido como toca por el poder, la sociedad y la economía. Es como un sector menor, residual. Cuando las cosas van mal se oye: 'Siempre nos quedará el turismo', 'una economía de camareros'? Ese es un esquema obsoleto. El sector hoy por hoy se renueva, innova, invierte. Es conocimiento tecnología, creatividad, cultura, patrimonio, espacios naturales. Es un sector del que estar orgulloso. El futuro pasa por gestionar la saturación, porque esta comunidad es saturación en algunas ciudades, y la escasez. Que fluya por todo el territorio, vertebrar, que las zonas rurales planten cara todo el año.

Dentro de esa caricatura del 'país de camareros', quería preguntarle por la situación laboral. En los últimos años han emergido reivindicaciones como la de las kellys o los camareros, con un convenio de hostelería bloqueado durante años.

La imagen me ofende porque se menosprecia un sector y una economía del ocio que creo que es el futuro. La situación laboral la veo con preocupación. Este sector tiene que ser inclusivo, ha de cohesionar, un motor de empleo digno. Eso lo afrontamos con formación, con convenios que se han de cerrar. Me consta que hay avances.

¿Qué balance hace de la batalla contra los pisos turísticos ilegales?

No estamos parando con los medios que tenemos. Es una lucha inacabada. En general toda la economía tiene una asignatura pendiente con el fraude fiscal, la competencia desleal. El intrusismo en el sector es el que es. No nos hemos puesto de perfil, con las fuerzas que tenemos, creando alianzas con los ayuntamientos. En València ciudad será lo que ellos quieran que sea, de acuerdo con sus consensos, del volumen y de zonificación y de lo que quieran que esté presente el sector turístico. Cada ciudad debe gestionar su urbanismo.

¿Cree que conseguirá que las plataformas dejen de ofertar pisos ilegales o las sanciones son migajas para multinacionales de este calibre?

La última oleada de multas era de acuerdo con la legislación anterior. La nueva ley es más pedagógica, disuasoria, con hasta 600.000 euros. Hemos arrancado expedientes pero aún no hay sanciones. 600.000 euros es para el infractor que persiste, que no rectifica, nunca para el pequeño. Son faltas muy graves, pensadas precisamente para esta plutocracia, estas multinacionales gigantes que cotizan en bolsa.

¿Nos están beneficiando las dificultades de Cataluña, en cuanto a saturación, turismofobia y ahora también inseguridad? Están empezando a cancelar congresos y varios países recomiendan no viajar.

Me resisto a hacer una valoración por una cuestión que está por encima del negocio, y que es no celebrar las desgracias de los otros. De la misma manera que cuando recibíamos hace años turistas por la crisis de Turquía? En definitiva, vivimos en un mundo tan frágil, tan vulnerable, de vasos comunicantes permanentes... Cuando no es el Brexit será el terrorismo, la inseguridad, la miseria, Trump, los proteccionismos, Crimea, Rusia, la fluctuación del rublo. Estamos en un mundo en que las pérdidas de unos serán las ganancias de otros. Un mundo en que tenemos que abrir mucho el angular, tener estrategias ágiles, polivalentes y versátiles para reubicarnos en el mercado. Es el mundo en el que estamos. Por tanto, de las desgracias de los otros, nunca una oportunidad. Construyamos un modelo fuerte, competitivo para nosotros y luego el mundo ya deparará lo que sea.

Van cinco años de Botànic y continúa a veces latente, a veces a viva voz, el debate de la tasa turística. Podemos y Compromís lo vuelvan a plantear. ¿Sigue usted filosóficamente en contra?

Sí, estoy convencido. Por cuestiones económicas, sociales, pero sobre todo filosóficas, de una consideración de lo que representa el turismo. No comparto la tasa como conclusión de unas premisas de que el turismo es nocivo, sobrecarga, tiene externalidades, distorsiona, que depreda,... Todas esas cosas que oímos... ergo tasa. No lo puedo compartir de ninguna manera. Por muchos motivos. La capacidad de carga de un territorio, la gestión de centros históricos,? No puedes culpar al turismo. El turismo es una bendición que yo no penalizaría nunca. No es suficiente el argumento de que otras ciudades lo hacen. El turismo significó en 2017 3.400 millones de ingresos fiscales en la C. Valenciana. No sé que más tiene que hacer este sector. No es especulativo, no es depredador, no hay que confundir con modelos pasados, no es locomotora inmobiliaria. Es un sector innovador, que invierte constantemente.

El Aeropuerto de Castelló vuelve a ser público. ¿Se buscará nuevo operador, tratará el Consell de sacarlo de las pérdidas?

El aeropuerto ha hecho una remontada. En este momento se ha saneado; cada vez hay más conexiones; en breve el tercer plan de reposicionamiento reportará dos o tres destinaciones más (Viena, Marsella y Londres Luton). Estamos diversificando actores, ya no solo está Ryanair. Tenemos dos para tres escuelas de pilotos, una línea de negocio ligada al reciclaje de aviones. Hay una remontada de actividad, proyectos alrededor. Está en una senda interesante. De momento lo llevará Aerocas. Todo lo construido estos años está a salvo. No se descartan escenarios. Está encima de la mesa la posibilidad de que participe Aena. Hemos ligado aeropuerto a producto y destino. Hay un momento previo que es querer ir a Castelló. Castelló debe dar motivos, irrumpir en la escena internacional.

¿Qué objetivos busca esta legislatura? ¿Exploran nuevos mercados?

Soy partidario de conservar lo que funciona. El mercado británico nos interesa tanto porque ha demostrado fidelidad, en las peores circunstancias hemos crecido un 0,7%, en 2018, cuando Canarias, Baleares, Andalucía bajaron. Es una estrategia multifacética: la Costa Blanca, el sur, es mercado británico; València está más abierta a Oriente, es más Italia, Holanda, Bélgica, países nórdicos; Castelló es Francia, fundamentalmente. Despunta la oportunidad de Portugal. Tenemos una estrategia versátil, buscando oportunidades.

¿Captar al turista chino es una quimera sin vuelo directo?

Sí que es posible, pero el objetivo sería en un plazo razonable tener conexión directa, aunque tenemos hubs internacionales. Crece de manera sostenida, es razonablemente fiable. Posicionarnos en China es complicado. Tenemos una estrategia con Catedra China, con la Ruta de la Seda, iremos a promocionar la oferta operística, vamos a buscar el target de los melómanos. Tiene un segmento con mucho poder adquisitivo. Cada vez salen más. Es una gran oportunidad y cuando acabe de eclosionar debemos estar bien posicionados. Mucha gente se promociona en China pero hay tantas puertas de entrada que hemos de acertar.

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