La cadena valenciana Lamburguesa, impulsada por los hermanos Salva y Pablo Martínez, está en pleno crecimiento tras cerrar 2019 con una facturación de 4,9 millones de euros y diez locales abiertos. Los dos hermanos están invirtiendo un millón de euros en la construcción de un obrador en Bétera desde el que van a centralizar la producción de las 30.000 hamburguesas que venden al mes y todos sus platos para que conserven el mismo sabor. «Ahora elaboramos toda la comida en cada restaurante y hay diferencias. Queremos unificar el sabor. Los platos los vamos a elaborar en el obrador y los cocinaremos en los restaurantes», precisa Pablo Martínez. La compañía, que tiene 120 trabajadores, ha crecido con fuerza tras pasar por Lanzadera. Ahora prepara su salto a Madrid y Barcelona de la mano de la firma de distribución Glovo. Lamburguesa va a preparar sus platos en Madrid y Barcelona en cocinas ciegas (que no están abiertas al público). «El objetivo es entrar en el mercado y comprobar si gustan. Para entrar en Madrid con locales propios hace falta una inversión muy fuerte porque necesitas abrir en muchos puntos a la vez. Vamos a ver cómo funciona la colaboración con Glovo y después decidiremos el siguiente paso», añade Martínez. Tras triunfar con las hamburguesas los dos hermanos han decidido crear una cadena de comida italiana (en concreto de pizzas napolitanas) con el objetivo de escalar el modelo. El primer restaurante lo abrirán a finales de febrero en la avenida de Aragón de València y el segundo tienen intención de inaugurarlo en la avenida Cortes Valencianas. Los restaurantes italianos se van a llamar Paffuto (regordete en italiano).