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Empresas valencianas: a reducir la dependencia

El textil dio la voz de alarma. Hace más de un mes, en la edición del 19 de febrero, Levante-EMV adelantaba cómo este sector, uno de los más sensibles a la globalización de las formas de producción, estaba empezando a notar el impacto de una crisis sanitaria que, en principio, solo afectaba a China. Las empresas valencianas de este sector tradicional, por lo general de tamaño pequeño-medio y sin gran capacidad para acumular 'stock' de productos o materias primas, comenzaban a notar la falta de suministro. Muchas empresas, de esta y otras industrias, tuvieron que buscar proveedores alternativos. No era fácil, y tampoco barato: en el caso del textil, empresarios turcos y pakistaníes elevaron el precio de su materia prima hasta un 50%, según explicaba el empresario valenciano y presidente del Consejo Intertextil Español, Càndid Penalba.

Es una de las lecciones que pueden sacar de esta crisis los sectores productivos, sea cual sea su naturaleza. «Hay un elemento económico que sí puede tener efecto sobre China y que ellos intentarán frenar, por eso están empezando a poner en marcha la producción a toda velocidad: las cadenas globales de valor. Todas las grandes empresas van a repensar esas cadenas que han fragmentado tanto la producción en busca de la máxima eficiencia hasta el punto de que cualquier eslabón que falle te bloquea toda la producción. Si no hubiéramos tenido el 'shock' de demanda que se ha producido por las medidas para contener el virus, solo con el 'shock' de oferta hay compañías que se hubieran quedado sin 'stock', obligadas a paralizar la producción. Porque dependen demasiado no ya de China, sino de puntos concretos de China», reflexiona Vicente Pallardó, profesor de la Universitat de València y experto en economía internacional.

En clave valenciana, parecen haber tomado buena nota. El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) ha puesto en marcha un servicio para ayudar a las empresas a buscar alternativas a la pérdida de suministradores de productos de China, y también a buscar clientes en otros países ante la parálisis del gigante asiático. De la mano de Cámara de Comercio, la patronal CEV y asociaciones sectoriales, Ivace impulsó la creación de un fichero de empresas con problemas de suministro de bienes intermedios para rastrear el mercado en busca de alternativas. Con la globalización de la pandemia y la paralización de industrias y mercados en todo el mundo, China ha dejado de ser el problema, pero la crisis evidencia la elevada dependencia. Pese a la distancia, ese país acapara el 13% de importaciones valencianas; una quinta parte de ellas corresponden a bienes intermedios y materias primas; y hay sectores altamente expuestos, como el citado textil, con el 26% de los suministros procedentes de allí.

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