El exministro de Finanzas de Portugal ha consumado esta semana su salida del Gobierno que preside el socialista António Costa, con el que ha pilotado con éxito la salida del país de la Gran Recesión. Defendió una política de fin de la austeridad, aunque en su país tuvo que diseñar unos presupuestos de consenso. Fue muy criticado por los recortes, tanto en sanidad como en educación, que llevaron al país a numerosas concentraciones y huelgas. Pese a todo, deja el cargo con unas cuentas portuguesas envidiadas por sus vecinos del sur europeo, y eso que en los inicios de su mandato tuvo que lidiar con la troika comunitaria y sus exigencias. En su marcha, Centeno ha asegurado Portugal «está más preparada que nunca para enfrentarse al nuevo escenario que deja el coronavirus». El ya exministro luso compaginó en los últimos años esa función con la de presidente del Eurogrupo, una misión en la que permanecerá hasta julio. Su salida de un sitio y otro no ha sido una novedad, en tanto en cuanto se sabía que terminaría la legislatura en Lisboa y que su cargo europeo tenía fecha de caducidad este año. Ahora se abre la carrera por sucederle, en la que la ministra de Economía, Nadia Calviño, tiene serias opciones.
