Pedro San Gil (A Coruña, 44 años) es gallego, pero por su apego a un sector tan genuino como el juguete y por su vocación emprendedora podría decirse que nació en cualquier municipio entre València y Alicante. Entró en el gigante Famosa hace mucho, escaló hasta ser director logístico, fue destinado a China como director de negocio en Asia y, tras pasar por otra juguetera australiana, regresó a València a emprender. «Quería montar mi propio proyecto», cuenta a EMV. Hoy San Gil pilota Tigerhead Toys, una empresa nacida de una industria tradicional pero con una clara vocación tecnológica. De hecho, acaba de entrar en Lanzadera, el proyecto de apoyo a empresas emergentes que impulsa Juan Roig, con la idea de profundizar en esta tendencia. No es una idea por incubar. Entra en la fase Growth del programa, para compañías con un modelo de negocio consolidado.

La firma, con tres años de trayectoria, tiene números sólidos, con 20 empleados entre la oficina de València y la de Hong Kong (allí está la fabricación, logística, atención al cliente y pedidos) y mercado en más de 40 países. «Nuestro modelo de negocio es el de desarrollar marcas propias», explica el empresario. Suyas son las colecciones de la marca Super Cute o Baby Gemmy. También desarrollan juguete electrónico, muñecos sobre el que se pueden cargar cuentos para los niños y permiten la interacción. Hay una notable excepción a la estrategia de marcas propias. Fruto de los contactos internacionales de su director general tras dos décadas en el sector, esta joven empresa valenciana ha logrado la licencia para distribuir en exclusiva balones y porterías de juego para niños de hasta 12 años bajo la marca Messi. ¿Cómo se llega a ese círculo? «Con mucho empeño y mucha perseverancia. Tardamos 9 meses. Nos ha ayudado mucho en los años iniciales, pero no tenemos intención de seguir con licencias. Queremos marca propia», insisten. En realidad, su vocación no es siquiera quedarse en el juguete tradicional sino ser un proveedor de entretenimiento de 360 grados para los niños que pivote sobre el juguete físico. En esa estrategia se enmarcan sus próximos movimientos. Las muñecas de su marca SuperCute Little Babies se acaban de convertir en dibujos animados que han comenzado a emitir en YouTube. Pero van a dar un gran salto ya que acaban de lograr un acuerdo para que Disney Channel emita sus capítulos, lo que puede disparar su proyección. El siguiente paso, y de ahí la entrada en Lanzadera, es convertir sus muñecas y marcas en protagonistas de videojuegos, apoyándose en el know how de las empresas ubicadas en la Marina.