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Narrativa

De la comedia ligera a la Valencia violenta

«La vida es berlanguiana: contiene humor sin dejar de ser desagradable». Bajo esa premisa, violencia y comicidad se funden en los barrios de Russafa y Malilla entre «gansterillos» con capacidad para los diálogos punzantes

Rafa Calatayud, en la librería Cosecha Roja, en Russafa (Valencia). sergio viñuela

Rafa Calatayud (Caracas, 1969) es «un guionista que se tiene que dedicar hoy a la literatura tras el absoluto desmoronamiento del audiovisual de un día para otro en Valencia». Series de Canal 9 (como Singles) y películas (como la comedia En fuera de juego) forman parte de un currículum en el que también figura la literatura infantil y los libros de texto. Aunque hace ya bastante de eso. Su presente se podría extractar, más o menos, con aquel dicho de hacer de la necesidad, virtud. «El apagón de trabajo como guionista ha hecho que me dedicara a escribir lo que me diera la gana», afirma. El resultado es negro y violento, y no por ello exento de humor. Cosas que pasan cuando Jim Thompson, Donald Westlake, Chester Himes, Quentin Tarantino, Luis García Berlanga y Rafael Azcona se meten en un mismo saco entre solares y bares de poca monta de Russafa y Malilla, barrios de Valencia que son unos protagonistas más de La vida te matará.

«Si haces algo con humor en Valencia, tienes siempre el peso de Berlanga y Azcona encima», se defiende el «primerizo» de la novela negra.

En el siglo XXI, manejar violencia y humor en manos de los diálogos punzantes de dos gansterillos errantes conduce al lector al distanciamiento posmoderno de Tarantino. Visto de otro modo, se trata de que «la actualidad es berlanguiana: contiene humor sin dejar de ser desagradable. Sucede como con todos los personajes de Plácido: te ríes a pesar de sus mezquindades», explica Calatayud.

A estas alturas, el lector ya se habrá dado cuenta de que el escritor acaba casi siempre entre referencias cinematográficas. «No puedes olvidar que eres guionista». Claro que ese pasado viene bien a la hora de economizar recursos y dar ritmo a la historia, porque «la novela negra necesita una marcha rápida». Y unos diálogos que duelan. Esa es la herencia de los clásicos del género, reflexiona, «que los personajes se describen por el diálogo, lo dicen todo de sí mismos hablando, con pocas descripciones».

Ni héroes ni antihéroes. Así son los tipos que se juegan las barbas en la novela de Rafa Calatayud. Todos, «mala gente». Quieren conseguir algo y harán todo lo que sea necesario por lograrlo. «El reflejo de una sociedad ambiciosa y cutre», sentencia con evidente pesimismo.

La vida te matará, una más en la tendencia al alza de novelas ambientadas en Valencia. Si no es un fenómeno de descentralización literaria, «debería serlo». Porque «en el Mediterráneo somos diferentes». Lectores y criminales. Todo es «más de pensat i fet», sin grandes preparaciones pero con una alta capacidad para la improvisación. «Tan digna es la paella como la hamburguesa, ¿no?», asevera. Pues lo mismo vale para los asesinos.

Narrar era el sueño de juventud de este valenciano nacido en Caracas de madre madrileña y padre aragonés. Desde las viejas ediciones de la colección Libro Amigo de Bruguera. Primero lo hizo con guiones. Ahora con novela negra, aunque continúa creyendo en el audiovisual: «Ha de salir a flote tras esta época de inpass». Mientras tanto, que no disparen al guionista.

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