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Colectiva

Bajo el signo ecológico y político

Un recorrido con Lourdes Fisa (pintura), esculturas de Jacinto Moros, técnicas sobre papel de Javier Marisco, Marga García Polanco, Maria Albero-Maestre, collages de coRTarcabezas y esculturas de Carmen Baena

Carmen Baena presenta esculturas de la inmensidad del mundo pequeño. albacabrera.com

De la primera lectura que hacemos de la exposición Pluralidad concluimos que muchas de las obras responden muy directamente a las inquietudes, convicciones y personalidad de sus creadores. El arte es el vehículo perfecto del que se sirven para ilustrar algunos temas que, como ciudadanos, plasman en dibujos, esculturas, collages.

Probablemente la más evidente de tales inquietudes que en estos días y gracias al Papa ha ocupado el centro de muchas conversaciones y tertulias, sumado fieles y ahuyentado otros, es la preocupación por nuestro entorno natural. Una economía que obliga a consumir con ansia, generando a su vez más y más basuras que, o bien viaja a países más pobres (ellos no protestan) o bien las trasladamos a nuestros bosques, enterramos o la vertemos directamente en mares y océanos matando la fauna marina; el uso diario de productos que no dejan sino de ser un paso más hacia el calentamiento global de la temperatura (por mucho que algún político se empeñen en negarlo) con las consiguientes catástrofes, no sólo naturales sino y sobre todo provocando la huida de miles de personas hacia zonas más fértiles, más ricas, pero donde no se les permite su entrada; la explotación „parece ya„ incontrolada de combustibles fósiles, igual da que sea en pleno océano que en el polo norte. Los collages de Cortarcabezas centran muchas de estas preocupaciones, con esos enfrenamientos entre montañas de basura frente a riqueza, miseria y explotación infantil y personajes famosos del celuloide, entornos plagados de desperdicios en contraposición a paisajes idílicos construidos gracias a la explotación de muchos.

En la misma tónica, suprimiendo la carga crítica pero sin dejar de evidenciar esa preocupación por el entorno, por preservar aquello que nos acerca a la naturaleza, lo que nos da vida y nos cuida si lo cuidamos, están también las frágiles y sutiles obras sobre papel de María Albero-Maestre que, al igual que Carmen Baena con sus delicadas y serenas hojas doradas o la finura de los bordados de Marga García, parecen querer recuperar antiguas tradiciones de un tiempo en que convivíamos con la naturaleza y no enfrentados a ella, explotándola y exprimiéndola.

El artista maño Jacinto Moros, por su parte, fiel a su línea de trabajo presenta unas curvilíneas y minimalistas esculturas que, por buscar una analogía, podríamos describir como cintas de palmeras o árboles que ascienden y se retuercen buscando la luz, el sol, aire puro. Además de esa vinculación con el paisaje, todas las obras tienen la característica común de estar realizadas con delicadeza y cuidado. Es como si todos ellos estuvieran advirtiendo al espectador de que lo que está en juego es nuestro futuro tanto como el aquí y ahora. En una muestra en que predomina el sentimiento ecológico, nos ha parecido realmente acertado, por otra parte, esa utilización de materiales nobles, el mármol, el hilo, el arce, ébano, papel. Una delicia.

En relación con los contenidos políticos que se pueden contemplar al principio de la muestra con Cortarcabezas se vincula Javier Marisco. Como al final todo es política „de ellos dependemos para que se legisle a favor de un mundo más ecológico, mas el esfuerzo personal de todos y cada uno de nosotros„, Marisco incide más en los retratos de dictadores, reinas, pensadores, e incluso él mismo: retratos realizados en tintas sobre poliéster en las que este artista multidisciplinar e inquieto con apenas unas pocas líneas que se van superponiendo va trazando los rasgos y consigue un efecto mayúsculo.

Finalmente, imitando el comienzo y cierre del ciclo de la vida, o como cantaba Louis Chedid cuando unos se van otros toman su lugar, Lourdes Fisa aglutina todas las inquietudes en unas tablas donde lo matérico predomina sobre la temática. Fisa deja que su mano dibuje un escenario de colores, manchas y líneas, un universo poético de luz y optimismo en el que todos quisiéramos encontrarnos.

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