Les sugiero que comiencen el recorrido de la exposición contemplando el video al fondo de la sala, ya que viene a ser una especie de introducción que nos conduce de lleno en esta muestra que se nos antoja compleja y erudita. Un hermoso e insinuante tranquilo mar de verano en el que las olas van y vienen, calmas, rítmicas, con ese reposado vaivén de la marea, las olas y la espuma rompiendo al final de su recorrido, es el espejo sugerente de las imágenes que a su derecha van apareciendo: los rostros en éxtasis de un hombre y una mujer, no necesariamente pareja, sexo, alma y piel a partes iguales.
Michael Roy (1973, La Rochelle, Francia), autor del video y de esta muestra, es un «apropiacionista» de imágenes así como de la literatura más erudita y del cine de autor. The spirit and the flesh, que así se llama la exposición, es la reescritura y puesta en escena de un complejo triángulo amoroso que protagonizaron Henry-Pierre Roché, Marcel Duchamp y Beatrice Wood.
Roché, alto comisionado francés en la época que nos ocupa, era algo así como un introductor o presentador de artistas a coleccionistas „Picasso a los Stein, por ejemplo„. Una noche de diciembre conoció a Duchamp en un restaurante y su amistad perduró toda la vida. Beatriz Wood, una jovencita de la clase alta neoyorkina, empezó haciendo teatro, continuó haciendo sus pinitos con los pinceles en el estudio de Duchamp pero, sobre todo, fue una de tantas amantes del primero y enamorada locamente del segundo. Tanto el artista como Roché salían con muchas mujeres „según Wood, Marcel las escogía expresamente poco atractivas„, y parece que Duchamp ganaba en esa especie de batalla entre los dos, de ahí que Roché acabara por denominarle Víctor, de victorioso y basar el personaje de su novela inacabada.
Ya les habíamos advertido de la erudición de la muestra. Michael Roy elabora este ménage à trois en el que Sophie Marceau, sin duda una de las actrices más bellas del cine francés de los últimos tiempos, podría encarnar a Beatrice, y cualquiera de los musculados torsos desnudos que se exhiben, Duchamp o Roché.
Lo cierto es que ni en la biografía sobre Duchamp ni en las memorias de Beatrice se reconoce tal trío. Fue más una recreación de Truffaut al leer la obra Jules et Jim escrita por Roché, basada en la relación a tres que este, efectivamente, había mantenido en sus años jóvenes. Pero no con el creador de los ready-made, sino con el escritor Franz Hessel y su mujer. Dicen que Duchamp nunca se enamoró de las mujeres que le amaron. Acierta Roy con el título, había más espíritu, sexo y carne que amor.
Contextualizando la muestra, a partir de una serie de negativos de fotografías, Roy utiliza un proceso de reproducción de imágenes muy en boga en aquellos principios del siglo XX como es el cianotipo, lo que confiere a la exposición esa tonalidad de intenso azul tan característica. Y, por supuesto, un elemento que no falta en las instalaciones de este prometedor e intelectual artista es el biombo. En este caso, con las palabras The End. ¿Final de la historia, del trío, de la pasión?
Que la disfruten.
Michael Roy
«The Spirit and the flesh»
Espai Tactel Gallery. C/ Dénia, 25. Hasta el 7 de agosto.
