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Material sensible

Cacatúas

Por cuestión de proximidad „proximidad a esta columna„ leí un artículo de, sí hombre, este chico peruano (creo) que es crítico de arte, que comentaba un libro recientemente publicado por Luis Racionero. Con ese apellido, Racionero no podía ser más que intelectual de pro y yo ni he leído su libro ni lo pienso leer (a estas edades ya no está uno para cualquier lectura) pero el artículo le hace por lo visto todos los honores porque no se entiende casi nada.

A menudo el arte, tanto el del pasado como el contemporáneo, por lo visto tiene que pagar un peaje intelectual, y no sé, pero me parece un error. No creo que la fruición del arte tenga mucho que ver con un disfrute intelectual. Creo (y hasta estoy seguro) que el arte suele proceder más de, y va más dirigido, a la intuición, pero a los que la tienen escasa no les queda más remedio que darle ahí, ahí, al caletre, con el objetivo de escribir algo, digamos significativo (puede que no se entienda demasiado), aunque no tenga mucho que ver con el objeto de estudio.

Antes de leer el artículo, lo que me llevaría a la conclusión de que no ligaba nada como el analfabeto funcional que debo ser, lo sobrevolé buscando las negritas (qué pasa, para eso están) y vi enseguida el nombre de Duchamp „como aquí ahora„ para que a continuación la cacatúa de Racionero pase a llamar allí al artista «listillo intelectualoide», epítetos a los que el articulista añade otros de su cosecha, pero vamos a dejarlo ahí porque ese chico no rige. Y es que Duchamp siempre tiene que pagar el pato. El culpable, según Racionero y otras cacatúas, del desbarajuste actual siempre es Duchamp. Parece mentira que Racionero tuviera una ex tan contemporánea (espera, que a lo mejor por eso es su ex).

No sé porqué (aunque sí lo sé) me temo que a Luis Racionero lo que le mola de verdad es Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena, o sea, un arte reaccionario y carcamal que es el que mejor se lleva con las termitas. Como a una conocida mía, muy lírica, que sospecha (bastante) del arte contemporáneo, porque es que lo que más le chifla es Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena.

El artículo del crítico cubano se completa „entre lo que he podido entender„ con varias puyas lanzadas a Damien Hirst, un clásico (un clásico de las puyas quiero decir), y otras, según pone allí, lanzadas a Bacon y a Pollock. Pero a ver Racionero, ¿a ti que te pasa? Pero en el fondo te entiendo, cuando yo era chaval y aún no había llegado el Playboy, había por casa un diccionario viejísimo e ilustrado en el que había reproducida una mujer desnuda de Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena y yo visitaba ese diccionario más de lo debido, pero tienes que entender que Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena ya está desfasado. Ahora todo es on-line, tío, on-line.

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