El tercer disco de Carles Dénia está dedicado a la música tradicional valenciana y al cant d´estil. El cantaor (Gandia, 1971) dio un giro a su carrera para decantarse por la música popular. Dénia se formó en Holanda, en el Departement de Jazz del Royal Conservatoire of Hague, y allí se profesionalizó. Participó en proyectos diversos que iban desde el jazz al flamenco para finalmente reorientar su trabajo y plasmarlo en Tan alta com va la lluna (2008) junto a La Nova Rimaire, lo que el cantaor, guitarrista, arreglista y productor valenciano llama el «laboratorio de música tradicional», un grupo con los mejores instrumentistas valencianos. Tres años después cantó a poetas árabes „traducidos al valenciano por Josep Piera„ que vivieron en tierras del Este peninsular entre los siglos X al XIII: El paradís de les paraules (2011) es una de las mejores producciones discográficas valencianas de la última década.
«Hay dos tipos de discos: los creativos y los de aprendizaje», dice Carles Dénia. «Yo he hecho muchos discos de aprendizaje; de flamenco, tradicional, cant d´estil€ cosas que ya estaban hechas y que lo que requieren son habilidades parea recrear esas músicas. Discos como el dedicado a los poetas del oriente de Al Andalus es un trabajo de creatividad. Se trata de poemas que no tienen una métrica regular y que te dan libertad, pero también tienen una dificultad añadida al ponerles música, de ahí que el disco sea tan original». Estos trabajos son muy intensos, «hay una aportación personal que necesita mucha energía, es hablar en tu propio idioma sin tener ningún otro soporte de código musical».
Y tras la experimentación, el músico de Gandia vuelve con un extraordinario disco de aprendizaje en la línea del primer disco. «Aquel era un trabajo prácticamente de música tradicional, tenía un tratamiento un tanto diferente, con más arreglos y con una idea de búsqueda. Este es un disco „L´home insomne (Comboi Records, 2015)„ más asentado, con menos arreglos, más directo. Es una vuelta atrás, como fijando la pieza como cuando tienes que buscar el centro. En ese punto estoy ahora».
El título del nuevo álbum lo da un bolero que inicialmente no iba a grabar y que Carles Dénia había compuesto para una colaboración con el grupo Sis veus per al poeta. «La canción representa el inconformismo de un hombre que no duerme porque le angustian las injusticias, y está llevado un poco más allá en el sentido de un hombre que tiene una preocupación social, política, por el arte€ En general, lo que uno quiere proyectar en la cuestión artística. Y ahí está todo, ya que se trata de un disco de música muy tradicional, y en este caso no dulcificada».
Dénia «se somete voluntariamente al repertorio popular para nutrirse de la raíz de la música valenciana», pero hasta cierto punto puesto que no pierde su personalidad interpretativa. «Deliberadamente yo quería encontrarme en el contexto de tener unas limitaciones a nivel estilístico simplemente para ver qué puedo aportar como cantaor a la música tradicional sin más. Uno lo pude interpretar de una forma muy personal, pero las formas, el aire, la manera en que está grabado, cómo está tocado, la instrumentación,€ está todo muy atado para que no interfiera en lo que yo quería para este disco. Además, me gusta hacer sonar el grupo con esa estética».
Ha grabado seguidillas, malagueñas, albaes, fandangos, cant d´estil€ un repertorio de la zona del interior (Zarra, Enguera, Navalón, El Rebolledo€) sin fronteras lingüísticas (canta en valenciano y castellano). Aquí La Nova Rimaire está integrada por maestros de la cuerdas como Tóbal Rentero, Vicente Carrasco, Paco Lucas y Carlos Lucas. Tocan todos juntos y luego hay una posproducción para añadir matices, «tocar de verdad, con tomas enteras». Entre los invitados hay un coro de niños («cinco Dénias juntos», su hijos y sobrinos) y un coro femenino con Eva Dénia (su hermana), Maria Amparo Hurtado, Lola Ledesma y Patxi Ferrer. También el cantaor alicantino Jorge Cobos en una malagueña.
La presentación oficial será hoy en el Gran Teatre de Xàtiva (22.30). Una elección no casual puesto que Carles Dénia ve la capital de la Costera «como una reivindicación de las ciudades medianas valencianas que han sabido mantener arraigadas su historia y su tradición».
