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Del pop al punk

Del pop al punk

¿Qué pasa cuando juntas nitroglicerina y silíceo? La mezcla se convierte en un explosivo estable, en pura dinamita. Así ocurre cuando se pone en diálogo la obra de dos artistas cuyos talentos son fuego y gasolina, que llevan ya demasiado tiempo sin mostrar obra, que son artistas que no han tenido el debido reconocimiento hasta ahora bien sea por la condición del ser mujer en un mundo de hombres o poco ambiciosas en un ámbito tan caprichoso como el del arte contemporáneo. Pero tenemos la suerte de que a nuestras protagonistas les hayan propuesto trabajar conjuntamente y el resultado no podría ser mejor, convirtiéndose la suya en una de las exposiciones más exitosas de la temporada en València.

La galería Shiras, dirigida por Sara Joudi, ofrece hasta el 28 de abril la exposición Doble o nada de Mavi Escamilla (València, 1960, anteriormente representada por Rosa Santos) y Cuqui Guillén (València, 1967, ex componente del Equipo Límite). Pop art combinado hábilmente con un buen toque de punk inunda la sala cargada de fuerza femenina. Una exposición de contrastes, colorida y atrevida, que da cuenta del momento artístico que viven ambas autoras en el apogeo de su madurez creativa sin perder la frescura.

La muestra contiene alrededor de una treintena de obras entre lienzos y obra sobre papel especialmente creadas para esta ocasión, todas de nueva producción y rabiosa actualidad. Es la primera vez que ambas artistas se unen en un proyecto común, dando como resultado ocho piezas creadas de manera conjunta y sobre papel que se exponen a la entrada de la galería y que supusieron el primer indicio de un fabuloso éxito de ventas. Las piezas se venden de manera independiente, no conforman un políptico.

Cuqui Guillén acentúa la figura de sus modelos, casi todas modelos reales cuyos rostros están tomados de fotografías o anuncios vintage, y la contrapone a imágenes bruscas como la de un gorila taciturno al borde de una piscina. Vestidos vaporosos, formas sinuosas y escenarios que recrean el lujo de las películas antiguas visten de color estampas que imaginaríamos en blanco y negro cargadas de glamour. Mientras que Mavi Escamilla pone en diálogo las piezas de su compañera con críticas a la belleza canónica, el ideal de miss, la aparente pureza con la que las mujeres tenemos que debutar en escena y otros motivos que convulsionan su paleta regalándonos rojos y amarillos escandalosos con frases en francés o mensajes cifrados. Su obra, menos amable que la de Guillén y sin embargo en total consonancia pictórica, guarda reminiscencias de series anteriores en torno a la decrepitud y la muerte desde un punto de vista irónico, vitalista y casi burlón, como cuando pinta calaveras con una estética atrayente y una profundidad conceptual cuidada y necesaria.

Ambas nos hacen preguntarnos por las etapas de la vida, cuando trabajan juntas recurren al fondo blanco como un campo neutral ya que normalmente cada cual plasma sus manchas o sus trazos con pigmentos identificativos. Podemos dirimir claramente a quién pertenece cada obra, sin embargo cuando trabajan juntas estamos ante una creación colectiva, no un collage ni un pastiche, una auténtica unión de fuerzas.

La exposición Doble o nada provoca en el espectador el disfrute de un ejercicio de complicidad, sin duda supone una explosión de emociones entre lo abstracto y lo figurativo, un agitado paseo por obras recientes e inéditas de dos referentes del arte en nuestra ciudad. Las artistas han construido un proyecto común que probablemente sea puntual, nada indica que vayan a formar un colectivo al uso. La propuesta se antoja experimental, es por eso que la recomendamos encarecidamente ya que en pocas ocasiones tenemos (y tendremos) la posibilidad de encontrar semejante combinación. Para quienes todavía no la hayan visitado, esta exposición es una oportunidad única, un acierto por parte de la galería el haber fichado a Guillén y Escamilla a la vez, un regalo para el público general y un estímulo refrescante para el coleccionismo joven. En la agenda primaveral esta conjugación de estilos no puede faltar, tomemos nota que el tiempo corre.

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