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Bronco, copero y rememorado por el sentir de lo valenciano

Desde los 80 a nuestros días la trayectoria profesional del periodista deportivo Paco Lloret (València, 1960) ha estado íntimamente ligada a los derroteros del Valencia CF

Bronco, copero y rememorado por el sentir de lo valenciano

No nos pongamos nostálgicos, pero a qué valencianista de mediana edad no le viene a la cabeza la melena de Mario Alberto Kempes desafiando la gravedad, con su vuelo libre sobre al aire contenido de las aficiones convocadas a las gradas de Mestalla y de las rivales. Con ese uniforme, blanco o con señera, ondeando solo en el pecho, pues tan ajustado quedaba al cuerpo que los colores traspasaban el objeto comercial por excelencia y hasta hacérsenos piel. El valencianismo ha crecido con ese recuerdo y con tantos otros en los que el blanco y negro de las imágenes fue dándonos un equipaje con el que vestirnos cada domingo. Luego le fuimos dando color y forma y, como equipo, comenzamos a sentirnos más cómodos en la humildad que en la tirantez de los equipos elegidos por la barita mágica de los poderes fácticos y mediáticos. Quisimos ser broncos y coperos, porque así nadie podía discutirnos la voluntad de competir, de ilusionarnos incluso tras la derrota, de luchar hasta el final y de sudar sangre si hacía falta. Esa sería nuestra idiosincrasia, década tras década, tuviéramos una plantilla plagada de jugadores internacionales de renombre o de jóvenes valores de la escuela. Pero dentro de esa orfebrería de nuestra identidad como valencianistas, hay otros elementos que también hicieron de nuestro sentimiento por el escudo algo más que una diversión: rostros, nombres, títulos, partidos inolvidables, fracasos inesperados y voces entonando un gol o lamentando haberlo encajado. Yo no sé ustedes, pero a mí me vienen a la cabeza miles de partidos del Valencia CF y en todos ellos encuentro una figura casi imprescindible en sus narraciones y en sus crónicas: Paco Lloret. Así, sus análisis durante los partidos, su entereza y profesionalidad como periodista, han creado, también, parte de ese sentimiento valencianista.

Su nuevo libro, titulado Bronco y copero. Recopilación de episodios destacados en la vida del Valencia CF, es historia viva de una profesión que ha sabido crecer al mismo ritmo que lo hacía su equipo, pero sin forofismos. Se trata de un libro que quiere hacer de la memoria un proyecto de futuro: con su tribuna mediática Paco Lloret ha ido tejiendo en prensa hasta nuestros días, una enagua, quizá esperanzado de que su equipo regresara a la senda del éxito, mirando con cirujana atención los pasos de este club y su collar de anécdotas casi cotidianas. Porque ahí estriba el gran logro del libro: si los títulos hacen grande a un club, Lloret quiere también hacer ver de qué modo este club ha ido ganando el corazón de sus aficionados, dejándole una huella imborrable. Porque si el Valencia CF es el eje del libro, también es cierto que las aristas van en otras muchas direcciones hasta tocar la fibra de quien las lee y llega a identificarse o recordar aquellos detalles que ya casi estaban devorados por el olvido. Y sí, yo también me vi parando aquellos penaltis con Pereira o celebré los cuatro goles del brasileño Toni «Lambada» contra el Celta de Vigo, en tan solo 15 minutos.

En el libro están todos los que son y son todos los que están: Arias, Fernando, Quique, Roberto Gil, Penev, Kempes, Poli, Manolo Mestre, Antón, Antonio Fuertes, Ranieri, Valdez, Sol, Carew, Forment, Paquito, y hasta el sacerdote Pepe Vaello entre tantos otros: así hasta un total de 93 artículos que tienen un estilo literario impecable, sin adornos pero de una eficacia expresiva digna de tener en cuenta para futuros periodistas deportivos. La magia del balón, el misterio que implica un sentimiento por un club de fútbol tiene muy difícil explicación si uno no lo ha vivido cada día y no ha crecido con su aura rodeándole: Paco Lloret nos ha convencido con este magnífico libro para seguir creyendo en esa misma magia que tantas alegrías nos ha dado y tantas tardes y noches de intensa emoción nos ha regalado. Solo decirles que al cierre de cada capítulo levantaba el brazo, como si en su cénit se enroscara una bufanda de Valencia CF, y la hacía rodar y volar, porque eso es también el fútbol ¿no? Un modo de hacer que tu historia ruede con el balón, que recuerdes cómo fuiste entendiendo la vida igual que uno comprende el fuera de juego, las injusticias arbitrales, el silencio de las tramoyas en los teatros. No lo puedo negar, leer el libro me devolvió la más importante razón de por qué creo en este equipo y todo, como siempre, se lo debo a aquel con quien fui, minuto a minuto, haciéndome valencianista de corazón. Gracias, pues, por no dejar que el olvido de las competiciones se lleve tanta intrahistoria de desván.

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