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Tribuna

València, hacia los Goya y más allá

La idea de optar a que la ceremonia de 2021 venga a la ciudad es una buena noticia

València, hacia los Goya y más allá

Me alegré mucho al enterarme de la reunión mantenida por Sandra Gómez, la concejala de Turismo del Ayuntamiento de València, con una nutrida representación del sector audiovisual para lanzar la idea de optar a que la ceremonia de los Goya del año 2021 tenga lugar en València.

La foto posterior a la reunión reflejaba alegría y entusiasmo. Era una buena noticia y como tal creo que se debe valorar tanto si miramos la reputación de la ciudad como si miramos por la salud de la industria y la creatividad del cine hecho en València.

Después de haber viajado a Barcelona hace ya más de una década, la ceremonia de los Goya se ha celebrado este año por segunda vez fuera de Madrid. En Sevilla y ha sido un éxito. La audiencia de televisión ha superado los tres millones ochocientos mil espectadores, las redes han amplificado el alcance del evento y el valor publicitario ha subido enteros. El Ayuntamiento de Sevilla da la cifra de cinco millones de euros como el dinero que se ha movido en la ciudad gracias a la iniciativa.

El viaje a Barcelona fue institucional. Hay muchos académicos en Madrid pero también en Barcelona y era la manera de que la institución llegará a quienes la componen.

La fórmula por la que se ha viajado a Sevilla ha sido un recurso de marketing, el naming, una práctica de patrocinio que consiste en que una marca da nombre a un recinto —un teatro, un cine, una sala de conciertos— o a un evento. En este caso, ha sido el patrocinio del ayuntamiento de la ciudad andaluza el que ha hecho posible la asociación de los Goya con Sevilla.

A pesar de las quejas que suelen suscitar y del endiablado ritmo que los agradecimientos suponen para la vistosidad del espectáculo, los Goya son uno de los eventos de entretenimiento más apreciados desde todos los puntos de vista.

Habiendo participado en las negociaciones para el viaje de los Goya de este año pude comprobar el pundonor con que se empleaban varias ciudades para llevarse la gala y cómo al final fue una suma de factores, no solo el alcance presupuestario, lo que inclinó la balanza por Sevilla.

Los reunidos en el Ayuntamiento de València pusieron sobre la mesa un argumento cultural de primer orden: en 1921 se cumplirá el centenario del nacimiento de Luis García Berlanga, una de las figuras emblemáticas de la cultura valenciana que dejó un legado cinematográfico cuyo valor crece con el paso del tiempo. Berlanga consiguió dar nombre a una rasgo castizo del carácter y de la vida pública española, su cine es cada vez más apreciado y su figura se evoca invariablemente con cariño.

Es un argumento que debiera servir más que en la negociación con la Academia en el propio diseño de lo que el Ayuntamiento puede convertir en un programa de turismo y cultura 360º y una ocasión magnífica para que la política de promoción del audiovisual, que cae en el lado de la Generalitat, de el paso adelante para el que ya parece estar preparada después del durísimo golpe del cierre de Canal 9 y de la crisis.

Con el añadido de hacer ambas cosas con el espíritu de los tiempos, es decir, con unas instituciones que actúen como tractores de un movimiento amplio de la sociedad y no como las prima dona de un ejercicio de protagonismo fuera de norma.

En este sentido, veo las cosas como un abanico que por el lado del turismo sumara el turismo de congresos invitando, de la mano de la Filmoteca de la Generalitat Valenciana, a las universidades para la organización de un simposio internacional sobre la vida y la obra de Luis García Berlanga.

Con el turismo de estudiantes con una reunión en València de escuelas de cine de toda Europa, y también de la orilla sur del Mediterráneo —el Centro Marroquí de la Cinematografía se mostraría encantado pero no sería el único— con el objetivo de promover redes de creación colaborativa entre estudiantes que estén en ese momento en las escuelas que ya hay en marcha o en la Escuela de Cine en cuya necesidad, me consta, coinciden los profesionales del sector y el IVAC.

Por fin, el turismo de negocios con un Foro de Tendencias en la Industrias Audiovisuales como los que no hace tantos años se organizaron alrededor de la Fundación para la Investigación del Audiovisual de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Son actividades que, desde otro ángulo, aparecerían en la cara profesional del mismo abanico como tres iniciativas complementarias que podrían culminar con una edición monográfica del exitoso programa Lanzadera dedicado en 2021 a proyectos e iniciativas que tengan en su corazón la creatividad y la innovación audiovisual.

Poner en pie un repertorio de iniciativas con el paraguas «València de Cine 20/21» sería, en mi modesta opinión, la mejor manera de que los Goya tuvieran el efecto que sin duda merecen sobre la reputación de la ciudad y actuaran como un multiplicador del atractivo que València se está ganando, poco a poco, pero con solidez y fundamento.

Las poderosas imágenes de 'Roma'

El «New York Times» del miércoles daba la noticia de que una asociación de trabajadoras domésticas de los Estados Unidos exigía a los poderes públicos el fin de las discriminaciones que sufren en sus trabajos y en sus condiciones de vida. Las trabajadoras ponían como ejemplo el destino de la protagonista de la película «Roma» de Alfonso Cuarón que el domingo puede marcar un antes y un después en la historia del cine en español en los Oscar como ya lo ha hecho en el universo del cine a nivel global. «Roma» esta siendo un fenómeno cinematográfico como hacía tiempo que no se veía. En México hay una ola de orgullo nacional por la belleza de la obra y por el realismo con que reproduce la vida nacional en el Distrito Federal en el arranque de los años 70 del siglo pasado, con las grandezas y las miserias de la vida cotidiana de una familia según la mirada y el recuerdo de un niño, el propio Cuarón, que estuvo allí. En España suscitó un debate sobre el espejismo de que no se entienden las variantes nacionales del idioma y puso de relieve que estamos mucho más unidos por el español de lo que nosotros mismos suponemos. A nivel mundial, «Roma» ha confirmado que los directores mexicanos del grupo de Los Tres Amigos son un prodigio de creatividad y talento cinematográficos a un nivel sencillamente impresionante. El siguiente episodio los escriben los Óscar. Joan Álvarez

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