¿Qué es «Reikiavik»?
Reikiavic es una novela negra con alguna pincelada de ciencia ficción. Eso es como ya la defino. Luego han surgido un montón de definiciones distintas. Hay quien la define como un thriller, un thriller tecnológico, un thriller de ciencia anticipada,... etiquetas hay muchas.
¿Cómo se entrelaza la trama negra con la vertiente tecnológica?
Si hay dos géneros fáciles de juntar, esos dos géneros son la ciencia ficción y la novela policiaca. En la literatura anglosajona es muy común mezclar ciencia ficción con género policial. En la literatura española es mucho menos común, de ahí que la crítica esté diciendo que es una novela muy novedosa. Es novedosa para la narrativa española, pero ha habido muchos autores anglosajones que han mezclado los dos géneros desde los años 50 o 60.
¿Qué le ha motivado a hacer esta fusión tan poco usual en la literatura española?
Es la narrativa que yo leo, la que a mí me gusta leer. Hace años que leí una entrevista a Arturo Pérez Reverte en el que contaba la anécdota de un joven escritor que le preguntó: «Usted qué novela me recomendaría escribir». Y Reverte le contestó: «Escribe la novela que a ti te gustaría leer». Y eso hecho. Ya lo hice con El último grado y lo he vuelto a hacer con Reikiavic.
¿Qué mensaje le gustaría que calara en el lector de «Reikiavik»?
Me gustaría que el lector acabara satisfecho, que se cumplieran sus expectativas, y que cuando acabara la lectura reflexionara sobre la tecnología que vamos a tener que utilizar dentro de viente años. Y que reflexione sobre los debates éticos y morales que esa tecnología va a generar. Porque lo que nos espera como revolución tecnológica es infinitamente mayor que la que hemos vivido hasta ahora.
¿Qué límites pondría a los dilemas tecnológicos que plantea en su obra?
En mi opinión, todo vale, pero que cada lector considere lo que quiera. Yo en la novela planteo dilemas que la mayoría de la gente le cuesta aceptar. Mi opinión personal es que, en materia tecnológica, ni la moralidad ni la ética ni la religión ni ningún principio moral debe suponer un freno para el avance científico, en todos los ámbitos.
¿Hay equilibrio entre hombres y mujeres en el ámbito literario en el que se mueve?
El noventa por ciento de quienes me leen son mujeres, y el 90 por ciento del entorno literario de Castelló no son escritoras. En València, igual. Está claramente descompensado.
¿Qué lugar ocupa la literatura en la sociedad?
Cuando dejé la empresa donde trabajaba en el departamento de marketing y abro mi propio despacho, lo que planteo es un despacho de actividades culturales porque veo que, no solo en Castelló, en general, en toda España, hace falta que la gente apriete con el tema de la literatura, que está abandonada. Pero no solo está abandonada la narrativa, la poesía no existe en España. La literatura en España está abandonada de la mano de Dios, y solo cuatro locos nos dedicamos, unos a escribir, otros a promover eventos culturales y otros locos a leer.
¿Usted podría vivir solo de sus libros?
No, nadie. Yo creo que en España hay cinco escritores que pueden vivir de sus libros. Todos los escritores que conozco viven de las novelas y de las actividades culturales paralelas que desarrollan.
