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València, Capital Europea de la Cultura

València, Capital Europea de la Cultura

Para este día de hoy, ya en el mes decisivo, en el que pueden cambiar nuestras vidas, o podemos empezar a respirar de nuevo€ este mes de mayo la mayor parte de los implicados en el sector cultural está aguantando la respiración. Las políticas culturales del Botànic nos han dado alas, ilusión y un posible camino. Solo hay dos posibles escenarios, un escenario en el que se mantienen los progresistas o un escenario de cambio radical que puede llegar a propiciar la derecha. La unión de la derecha más rancia. Esa derecha nos puede volver a hundir, quizás ya solo por decir estas palabras... Empecé a escribir el artículo el mismo día de las elecciones y ahora ya está decidido el gobierno de la Comunitat Valenciana. Y no hace falta que yo haga un análisis, ya hay mucho dicho. Y además aún quedan los Ayuntamientos, y el de València está en peligro.

Lo que haré será una consideración para los vencedores de estas elecciones y para su proyección cultural en estos 4 años que siguen: creación de una Ley de las Artes Escénicas Valencianas para impulsar la «formación y el acompañamiento» a compañías, de «centros de referencia escénica» y el establecimiento de un sistema plurianual de ayudas. Esto es una de las promesas culturales de Compromís. Yo la recojo y la coloco en un lugar visible, porque es posible. Ya hemos recorrido 4 años juntos y han aumentado los presupuestos y los proyectos. Pero solo de la Comunitat Valenciana para adentro, con una sensación de proteccionismo, valencianismo y que alguna vez limita con lo provincianismo. No quiero hablar de marca valenciana porque a algunos les saldrían sarpullidos y parece como muy liberal este término, pero sí de huella, de visibilidad de la cultura valenciana hacia el exterior, Estado, Europa y resto del mundo. Y no quiero decir tanto el ir al resto del mundo con nuestra precariedad a cuestas, no, y lo he repetido mucho, aquí y en todos los foros en los que he participado; la Comunitat Valenciana no puede solo exportar imagen de turismo, sino que debería exportar muchas imágenes, y la que pido es la imagen de cultura. Y en particular, por lo que me toca, una imagen de artes escénicas fuertes, saneadas, inteligentes, creativas, internacionales, como siempre explicando que la internacionalización es un camino de ida y de vuelta. Y para internacionalizarse primero lo tienes que conseguir en tu territorio€

La creación de una imagen como en su momento creo Catalunya para su cultura y para sus artes escénicas, y ahí están los Fura dels Baus, los Joglars, Comediants€ es verdad, que pongo los cabeza de serie de las artes escénicas catalanas de los años 80-90, pero consiguieron en Catalunya desarrollar unas líneas y planes de trabajo sobre el resto de la cultura capaz de levantar a un muerto y consiguieron colocar la cultura catalana en el mundo. Pues aquí también se podría porque ya hay mucho hecho, por parte del sector privado y del tercer sector, sobre todo.

Fortalezcamos y creemos ya para 2020, porque llegamos tarde y no nos hemos atrevido, un sistema de líneas de apoyo plurianuales que de verdad sean a largo plazo y no copias de las ayudas anuales, para eso no hagamos el esfuerzo. Líneas de apoyo para proyectos singulares que rompen los compartimentos estancos de las modalidades de las ayudas, fiel reflejo de una época bastante diferente a la que vivimos en estos momentos. Sí, seamos centros de referencia escénica, a nivel público, privado y tercer sector. Y para eso hay que comprender el ecosistema de artes escénicas, y para ello asumir las misiones distintas que tienen estos tres sectores que ya he comentado en diferentes artículos. Sí, hagamos posible vuestros programas y aquí estaremos para posibilitarlos.

Con este programa y otros muchos puntos para dinamizar la cultura valenciana, comprendiendo que lo que tenemos ahora mismo es de una fortaleza estructural artística tremenda pero de una potencia económica aún precaria, deberíamos colocarnos en otro lugar. Un lugar de fortaleza entendiendo nuestras fortalezas artísticas: tenemos por un lado festivales que confieren a las ciudades un dinamismo, hiperactividad, innovación y experimentación y ventanas al mundo como lo son dos de los festivales más potentes de danza de España, Dansa València y Festival 10 sentidos, pero también el Festival Tercera Setmana, el Festival Íntim, el Festival Russafa, Bucles, Migrats en breu€

Todos estos festivales están creando un caldo de cultivo escénico importante, genialidades, experimentaciones, vanguardia, crítica, efervescencia; artísticamente estamos en la vanguardia de España sin ninguna duda, y también en la vanguardia Europea, sin ninguna duda. Pocas ciudades tienen tantos festivales como València y de tanta calidad. Solo hay que creérselo. Y en esa efervescencia jugaron y juegan un papel decisivo las salas de la Comunitat con su papel de dinamizadores.

Por lo que podemos decir que estamos en el mejor de los momentos. Como cultura y como políticos concienciados con lo que está ocurriendo. Es verdad que seguimos siendo muy centralistas y casi todo ocurre en València ciudad. Es verdad, pero poco a poco se consigue vertebrar la cultura en la Comunitat, por lo menos a nivel público.

Si entendemos que casi todo ocurre en València, festivales, salas (el 90% de las salas privadas están en la ciudad), es decir que todas las bondades de este momento cultural escénico están ocurriendo en València, ¿por qué no centramos los esfuerzos en presentarnos como ciudad a capital cultural europea o sino no nos gusta este título porque no reconocemos la enorme tradición cultural, el enorme impacto de la cultura a nivel económico, social y crítico? Tenemos infraestructuras, tenemos dinámicas, tenemos visión, tenemos un gobierno valenciano que quiere apostar por la cultura y, según su plan Fes Cultura darle forma de motor económico; tenemos efervescencia, creatividad€ deberíamos convertir València en un faro cultural europeo, potenciar nuestra ciudad como un lugar de referencia de artes escénicas europeas.

Es el momento de dejar de ser proteccionistas, que lo hemos sido durante estos cuatro años y mucho. Desde la idea del Teatre del Poble Valencià pasando por las ayudas a salas del Ayuntamiento de València en las que solo se apoya a compañías empadronadas en la propia ciudad. Toca una mirada diferente, potenciando lo que hay aquí pero permitiendo que entren otras dinámicas de fuera de España. Podría ser más crítico pero no hace falta y también alabar las buenas acciones que se han llevado a cabo pero quiero ver esta nueva oportunidad que se nos abre con la esperanza de proponer y ver nuevos horizontes y de crear lazos con otras tierras y otras culturas.

La idea del intento de convertirnos en Capital Europea de la Cultura o ciudad cultural no es baladí. Es posible. Y se debe empezar a trabajar ya. Sin demora, con creencia. Y eso nos deparará una ciudad más cultural, con todas las bondades que conlleva esto, y un ecosistema cultural y escénico más digno, menos precario, más sólido€ en el sentido de capitalidad europea ahora mismo se está decidiendo para 2024. Con cinco años de adelanto. Cuando le toque a España postularse, València tiene que haber andado mucho, consolidado infraestructuras, planificado y haber salido de las precariedades heredadas y postularse sin dudarlo.

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