Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Literatura

El legado final de Josep Fontana

«Capitalismo y democracia», obra póstuma del historiador

El legado final de Josep Fontana

Josep Fontana fue, sin duda, uno de los más cualificados e importantes historiadores del siglo XX. A su muerte, no hace todavía un año, dejo escrito este libro póstumo que realizó durante el último año y medio de su enfermedad, Capitalismo y democracia. Cómo empezó el engaño, en que siguiendo sus planteamientos historiográficos iniciales, aquellos que definió en su Historia: Análisis del pasado y proyecto social vuelve a defender y difundir, como si de su último manifiesto político se tratara, sus tesis sobre el origen, la naturaleza y la evolución del sistema capitalista actual, desarrolladas ahora en 150 páginas y con una gran solvencia documental y argumental a partir de una bibliografía plenamente actualizada, como ha sido lo habitual en toda su importante obra historiográfica.

El origen del sistema capitalista, cuya cara depredadora y creadora de una desigualdad cada vez más acentuada en nuestras sociedades actuales desde 1989 hasta hoy, a través del modelo neoliberal que domina desde entonces la economía mundial, no fue el resultado de un desarrollo previo de las fuerzas productivas ( con perdón) que obligó a las clases burguesa y terrateniente a unas revoluciones políticas que mudaron el feudalismo por un sistema liberal que introdujo la libertades políticas de la democracia liberal y otros derechos civiles. Esa interpretación, nos dice Fontana, es la que ha venido difundiendo la historiografía académica, pero no responde a la verdadera realidad histórica. No es sino una interpretación sesgada y con ella, como dice el subtítulo de este pequeño gran libro, «empezó el engaño» que llega hasta hoy.

La realidad, explica el historiador catalán, fue otra. El desarrollo del trabajo campesino y de los obreros artesanales a finales del XVIII era rentable y lo que hicieron las clases burguesa y terrateniente no fue sino apropiarse de esos bienes de las clases campesina y artesana a través del gran «robo» que fue, por una parte, la expropiación de los bienes comunales de los campesinos, cuyos aprovechamientos por sus antiguos usuarios comenzaron a considerarse como delitos en los códigos penales de los estados liberales implantados por las mal llamadas «revoluciones burguesas». Y por otra, también esos nuevos gobiernos liberales aprobaron leyes para apropiarse del trabajo de los artesanos y disolver sus corporaciones gremiales imponiendo la eliminación de los gremios y consiguiendo así, en uno y otro caso, crear una nueva fuerza de trabajo abundante y barata para explotarla en el marco del nuevo sistema productivo.

La verdadera función de los gobiernos que surgieron de las revoluciones liberales que se sucedieron desde 1814 hasta 1848 y que analiza con todo detalle y coherencia Fontana en su última obra fue precisamente esa: consolidar ese gran «robo» y dar origen al sistema económico capitalista industrial. Y ese proceso se llevó a cabo primero en Inglaterra y se repitió después en el resto de los países europeos con sus retrasos y peculiaridades, como fue el caso español que Fontana analizó con profundidad en gran parte de su obra historiográfica

En el epílogo de la obra, Fontana, como no podía ser de otra manera dado que siempre ha entendido la ciencia histórica como un conocimiento para esbozar proyectos sociales futuros que se basen en la igualdad y dignidad de los hombres, esboza la evolución posterior de ese capitalismo depredador. A lo largo del todo el siglo XIX ese proyecto de desigualdad y abuso se desarrolló de manera imparable, pero también engendró su oposición con un movimiento obrero que frenó en parte, entre 1917 y 1975, sus negativas consecuencias debido al miedo engendrado por la revolución soviética de 1917.

Pero de nuevo el progreso imparable del sistema, con apenas limitaciones de sus negativas consecuencias, se ha desatado de nuevo a partir de las últimas décadas del siglo XX y prosigue en el siglo XXI en el marco del nuevo modelo del capitalismo neoliberal volviendo a imponer la desigualdad y el abuso sobre la mayoría de la población engendrando crisis como ha ocurrido con la causante de la Gran Recesión de 2008, que ha dejado de nuevo al descubierto la naturaleza expoliadora del sistema ante la escasa oposición de una izquierda debilitada y la manipulación de los descontentos por parte unos movimientos de extrema derecha que cada vez más muestran la impronta fascista de sus planteamientos políticos.

En fin, este último manifiesto histórico- político de Fontana nos muestra la coherencia hasta el final de su pensamiento político así como su gran talla como historiador y al que, siempre hay que recordarlo para reconocérselo, tanto le debemos los estudiantes y enseñantes de Historia de nuestra generación.

Compartir el artículo

stats