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Efervescencia valenciana

Laura Carbonell, ilustración para la revista «Red escénica».

Hay quién se atreve y afirma que la creación escénica es más fuerte en contenido y forma cuanto más vapuleada, recortada, en precario y ninguneada esté.

Como dice Toni González en un artículo para la revista de artes escénicas, Red escénica: «Considerar que el mundo artístico es por naturaleza pobre y que la pobreza es lo que le hace ser creativo, es un principio que de ninguna manera se puede mantener».

Es verdad que nos lo tenemos que decir muchas veces, y que lo tenemos que decir en voz alta para que los políticos no se dejen asesorar por las malas lenguas y nos dejen de nuevo en estado de shock. Porque otra situación de crisis nos colocaría en un estado de desarraigo artístico difícil de solucionar.

Hay quién dice que la creación valenciana ha tenido 10 años maravillosos; 10 años en los que ha conseguido estar, ser visible, tanto a nivel de premios, como de selección en circuitos alternativos y no alternativos? y sigue diciendo que ahora está en un lugar cómodo que no le deja continuar en la brecha creativa.

Desde algunos lugares de la Meseta, que al parecer, son esa torre por la que parece que se vea todo y que todo se pueda juzgar y luego valorar en una comisión para asignar subvención o lugar en sus teatros, parece que nos vean desinflados, sin gancho.

Y yo pienso que estamos en el mejor de los mundos, quiero, decir, en el mejor de los contextos posibles para enhebrar proyectos culturales, proyectos sociales y proyectos políticos. Se pueden hacer tantas cosas en estos momentos en el que todo está sembrado, en el que las siembras son fuertes y están preparadas para todas las tormentas posibles. El campo fértil, las semillas vacunadas?.

A nivel creativo puede decir misa quién quiera. Además de que no somos de misa ninguno de los que estamos creando desde hace tiempo desde lugares complejos, difíciles y descorazonadores. Pueden vernos como quieran, flojos, deshinchados, ingenuos, débiles pero nunca podrán vernos sin potencial creativo, sin mirada escénica, sin crítica, sin innovación, sin riesgo.

Hay compañías como La Subterránea, la Coja Dansa, Bambalina, Hongaresa, Dunatacà, Fil d'Arena, La Siamesa, Pérez y Disla, A tiro hecho, La Teta Calva, Crit companyia, Pont Flotant, Visitants, Wichita, y tantas otras? que se podrían comer el mundo si de verdad se emprendiese un plan de movilidad artística en la Comunitat Valenciana y no nos dejáramos anclar solo por los hábitos de producción pasada?

La cuestión es que parece que estamos en otra encrucijada: ¿Qué camino tomaremos, el de seguir sin Regidora de Cultura que pueda tomar decisiones, con las ayudas a salas y a producción que pueden diluirse por la inercia, el de un centro municipal como la Mutant que parece que se para por no tener dirección, un centro como la Escalante que también se puede parar por no tener preparada una convocatoria para sustituir a su anterior director, 4 años más sin Conselleria de Cultura, con tantas direcciones generales que no sabremos dónde acudir para cuestiones varias?.? ¿Hacia dónde vamos, cuál de los caminos complicados tomaremos? Mi padre me enseñó que igual no hay que tomar el camino de derecha o de izquierda, sino campo a través. Ese lugar de encrucijada es otro más que nos llevará de cabeza.

Se pueden emprender tantas decisiones en estos momentos antes de que todo empiece a flojear o a ser decadente o a ser costumbre o a solo valer lo que marquen los valores de las subvenciones o a ser todos iguales (en la diferencia reside nuestro potencial valenciano)? Se puede poner el acento en crear un plan de movilidad artística que nos haga capaces, que nos haga competitivos y sólidos. Y lo llamo movilidad artística por no llamarlo internacionalización para que no abra discusiones estériles. La movilidad artística es una obligación para que el sector teja relaciones con otras regiones y se puedan emprender proyectos conjuntos sostenibles. Se puedan crear relaciones duraderas y puentes que den lugar a que otros puedan emprender esos caminos después fácilmente. La movilidad artística debe ir aparejada de la sostenibilidad y esta obedece a una serie de preguntas iniciales: para qué, por qué, cómo, cuándo? todas ellas de sentido común. Se trata de crear un plan y que este plan esté avalado por la administración pública y del sector privado y del tercer sector.

Este tipo de cuestiones junto a otras de este calado son las cuestiones que se deben abrir y debatir en la MECUV y no cuestiones como las que estamos debatiendo desde hace miles de años como modificaciones, parches, concesiones y demás revuelos sobre las órdenes de ayudas. Parece que la única relación posible y que nos permite la administración pública sea la discusión sobre esta materia. Parece como que se quiera tenernos entretenidos por lo que llamaríamos lo urgente para que como siempre dejemos de lado lo importante.

Como otras veces dejo posibilidades de combate y conflictos. Como decía mi padre: no huyes de ningún conflicto, hijo. Sí, allí voy de cabeza como siempre.

Uno de los últimos pueden verlo en mi Facebook con el desk de Europe Creative en España. Sobre la tendencia peligrosa que se está produciendo en programas europeos. Cada vez más son los proyectos públicos o grandes instituciones las que reciben estos programas y menos las empresas. Se nos desplaza de fondos europeos que nos permitirían emprender relaciones con otros agentes europeos para crear puentes, relaciones, diálogos interesantes.

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