Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cómic

El Mediterráneo en una viñeta

Persépolis, de Marjane Satrapi (Norma Editorial), se convertía en un éxito rotundo

El Mediterráneo en una viñeta

Más allá de la pasión reconocida por el orientalismo que el cómic ha demostrado a lo largo de la historia -con particular efervescencia en la bande dessinée francesa-, una obra estaba marcada a abrir este camino de nuevas contribuciones y experiencias: Persépolis, de Marjane Satrapi (Norma Editorial), se convertía en un éxito rotundo recuperando la memoria a través del cómic. La autora partía de las enseñanzas de Art Spiegelman para reconstruir desde sus recuerdos infantiles la llegada del régimen de los ayatolás a Irán. La lejanía en tiempo y distancia permitía a la franco-iraní crear una obra diferente, en la que el cómic desplegaba todo su arsenal simbólico siguiendo el ejemplo de las obras de David B., pero que sobre todo ganaba en complejidad a cada paso. Más allá del relato del conflicto y del trauma, Satrapi reflexionaba desde la autobiografía sobre su identidad, sobre el feminismo o la tensión entre la religión y la libertad, creando un retrato poliédrico de la realidad árabe y del Mediterráneo Oriental. El éxito de esta obra favoreció que aparecieran nuevas voces que también relataban su experiencia personal desde diferentes perspectivas y países: la libanesa Zeina Abirached con El juego de las golondrinas (Sins Entido) o Me acuerdo€ Beirut (Sins Entido); Riad Satouff habló de su infancia en Libia y Siria en El árabe del futuro (Salamandra Graphic); Pedro Riera y Sagar Fornies han relatado la terrible realidad de Yemen con Intisar en el exilio (Astiberri); Briggite Findakly y Lewis Trondheim se asomaban en Las amapolas de Irak a la realidad de este país tras la invasión americana€

Obras que desde la autobiografía lanzan puentes entre las culturas, y donde el lenguaje del cómic es fundamental para romper las barreras del idioma y la cultura. Quizás la autora que mejor haya entendido esta importancia sea Zeina Abirached: si en El piano oriental (Salamandra Graphic) establecía conexiones entre la lengua y la música como creadores de una auténtica cultura mediterránea por encima de diferencias religiosas o políticas, en Tomar Refugio (Salamandra Graphic), su nueva obra junto al escritor Mathias Enard, ahonda en este vínculo a través del sentimiento que más humanos nos hace, el amor. Los autores toman dos historias diferentes, dos relatos de amor en el pasado y el presente que comparten dificultades e imposibilidades impuestas por la sociedad que les rodea. Amores condenados a separarse por la ceguera de los hombres, pero que se lanzan continuos lazos a través precisamente de las culturas milenarias que los unen, de Afganistán a Europa, de Siria a Alemania. Abirached juega con sus dibujos para crear secuencias simbólicas, tan complejas en su planteamiento como eficaces y sugerentes para el lector, que representan estos puentes culturales. Su trazo sencillo es capaz de mimetizarse con la caligrafía árabe desde la contundencia de un blanco y negro que pierde su cortante contraste en curvas infinitas que terminan en rostros humanos. Y, de nuevo, el sonido vuelve a ser omnipresente: si en su anterior obra era la música la que llegaba de cada recoveco de las viñetas, en esta obra serán ritmos que se repiten continuamente para crear una banda sonora propia que salta de la página para contagiarnos. Sonidos que se leen y sentimientos que se pueden tocar cuando pasamos la página, puro milagro sinestésico que solo está al alcance del cómic. Y Abirached reina ahí, creando una obra que primero se siente para luego reflexionar.

Compartir el artículo

stats