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Contra corriente

Nueva entrega individual de Rebeca Plana (Albalat de la Ribera, 1978) en la sala Martínez Guerricabeitia, dentro de su programa Trobades; singulares encuentros, siempre interesantes, con artistas vinculados con esta prestigiosa Colección.

Contra corriente

El título de la exposición «Riu», ya apunta el trasfondo que anima esta muestra que no es otro que las profundas conexiones que existen entre la artista, su obra y el contexto que las envuelve; entre la Naturaleza de la que no dejamos de formar parte y nuestra íntima naturaleza individual; entre ese río Xúquer tan cercano a su estudio (atzucac, callejón sin salida) y esa risa/sonrisa, tan definitoria de la inteligencia humana, tan necesaria para afrontar el ser quien somos y el estar con todas sus consecuencias.

Fiel a si misma, contra viento y marea, Rebeca Plana persiste en el que ha sido y es el hecho vertebrador de toda su poética: el gesto de pintar (recomiendo encarecidamente la lectura del capítulo del mismo nombre de Vilem Flusser en Los gestos. Fenomelogía y comunicación. Barcelona, Herder, 1994). Gesto que podríamos (mal)resumir en el brochazo en tanto que línea de fuerza, lugar de encuentro donde la materia y el gesto se manifiestan en todo su pureza y potencia. Materia pictórica (espacio) y gesto de pintar (tiempo) que han constituido por voluntad propia los elementos sustanciales -visuales, estructurales, vivenciales- de su trayectoria plástica.

Apuesta contra corriente (río arriba, hacia el origen), contra las modas y las tendencias imperantes (malos tiempos -aunque menos- para la pintura y malos tiempos también para la abstracción en esta era de la sobre-información). Compromiso que ahonda en la función expresiva de la obra de arte, en esa necesidad imperiosa de sacar afuera y compartir con los demás la presión que bulle dentro del artista.

En esta ocasión, conviene subrayar el acierto que ha tenido para recorrer con tino las resbaladizas riberas que unen y separan expresión y comunicación, abstracción y figuración. Sin abandonar su lenguaje personal, R. Plana ha articulado un hilo discursivo/temático impecable que se despliega en varios frentes que arrancan de la experiencia personal para llegar a cuestiones tan intemporales como universales. Desde anotaciones autobiográficas (los paseos cotidianos con su perro), pasando por problemas de índole sociopolíticos (es bien conocida la denuncia de agrupaciones no solo ecologistas sobre los graves problemas que aquejan al río Xúquer), hasta llegar a planteamientos existenciales (nuestra vidas son los ríos que van a dar en la mar€). El alma del río también se manifiesta en el cuidado montaje expositivo, donde los dos espacios más alargados se ven recorridos por el curso dinámico de agrupaciones de obras sobre papel. El espectador se desliza entre dos orillas y, de vez en cuando, se detiene frente a piezas aisladas, como la impresionante La força de la natura que señala la zona de inflexión, de ida y vuelta, de invitación a recorrer los varios planos sobre los que discurre esta interesante propuesta pictórica.

Pintura sobre tela, pero también sobre papel e incluso sobre algunos objetos como puertas de refrigerador o un colchón (botón de muestra de una de sus series más características en las que funde la carga onírica del sueño y la vitalidad furiosa del gesto). Cuadros medianos y grandes, rectangulares y redondos, formato poco habitual, idóneo para aludir a la totalidad esférica de la Naturaleza, al giro vertiginoso de lo que fluye y activa nuestros pensamientos y emociones.

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