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Ópera

Strauss vuelve a València

Elektra, la ópera con libreto de Hugo von Hofmannsthal y música de Richard Strauss es una obra maestra.

Strauss vuelve a València

No se pueden perder la oportunidad de asistir a alguna de las representaciones que tendrán lugar en Les Arts Reina Sofía durante el mes de enero. La manera más directa de comprender la dimensión de esta obra es compararla con las artes visuales, porque con las óperas Salomé y Elektra Richard Strauss cambió el panorama artístico-musical para siempre. Como lo haría casi simultáneamente Wassily Kandinsky en el ámbito de la pintura dando a conocer su primera acuarela abstracta. Elektra marca un hito en la historia de la ópera, tras ella nada será igual. Ya lo dijo Stravinsky: «Después de Parsifal sólo se han compuesto dos óperas: Pelléas et Mélisande y Elektra».

Recuerdo nítidamente el impacto que produjo en el público valenciano la última interpretación de la versión semiescenificada de esta ópera en la temporada 1995/96 del Palau de la Música de València. El reparto lo encabezaba Eva Marton, que acaba de cantar este rol en el Covent Garden de Londres dirigida por un primerizo Christian Thielemann; la joven valenciana Ana María Sánchez interpretaba el papel de Chrysotemis; la veterana Leonie Rysanek se despedía con el rol de Klytämnestra y el tenor James King nos ofrecía el papel de Egisto que acababa de grabar con Karajan. Repasando los conciertos de abono de esa temporada del Palau de la Música de València en la que se interpretó Elektra, podemos evocar aquella época dorada de la música en nuestra ciudad con nombres como Zubin Metha que dirigía ese año en el Palau la sexta de Mahler a su Filarmónica de Israel; los solistas Maxim Vengerov y Ann-Sophie Mutter al violín, esta última dirigida por su pareja André Previn; Frühbeck de Burgos al frente de la Orquesta de la Ópera de Berlín, con un programa íntegramente dedicado a Wagner; o Georg Solti con la Tonhalle de Zürich.

Hofmannsthal adapta su preexistente obra de teatro basada en Sófocles para crear este libreto en el que el autor opta por la muerte final de la protagonista, víctima de su propia obsesión. Partiendo de este libreto Strauss compondrá lo que se ha calificado como una Literarische Oper u ópera literaria que se basa en un texto dramático preexistente utilizado de forma literal. No encontraremos, por tanto, repeticiones, arias, dúos o concertantes que detengan la acción, sino que música, texto y curso dramático correrán integrados y fundidos como un solo devenir, con un canto silábico sin melismas ni adornos. La orquesta que elegirá Strauss para crear este discurso dramático-musical será descomunal como también lo serán las circunstancias del drama que se pone en escena, con una música expresionista y brutal de una tonalidad extraviada y desestructurada. Extraviada y desestructurada como la familia de los Átridas que desencadena esta tragedia, de la que ya tuvimos noticia hace diez años en Les Arts con las representaciones de Ifigenia en Tauride del clasicista Gluck, que pertenece a un universo estético completamente distinto. La música del naciente s. XX adoptada por Strauss en esta su cuarta ópera abrirá nuevas formas de comunicación musical con el público. La ópera Elektra, por su música y texto, es demoledora, concisa, cruda, obsesiva y radical, pero al mismo tiempo, absolutamente conmovedora e intensa como toda obra maestra universal. A través del discurso musical expresionista de la desolación y ansia de venganza de la protagonista, eje vertebrador de toda la obra, el aficionado podrá disfrutar de pasajes musicales sublimes en sus encuentros con el resto de los protagonistas, como la evocación de Agamenón por su hija al inicio de la ópera o el encuentro de Elektra con su hermano Orestes que nos conduce hacia el desenlace final de la obra. Son momentos difíciles de olvidar que unen belleza, desgarro musical y drama.

Elektra de Strauss es una de las cimas de la historia de la lírica y es un privilegio contar en Les Arts para esta temporada, diseñada por su nuevo director artístico Jesús Iglesias, con Irene Theorin en el papel titular; con la producción de la Ópera Nacional de Paris, puesta en escena por el prestigioso director canadiense Robert Carsen, que cumple las exigencias que indicó el libretista con «una escena exigua, con ausencia de toda posibilidad de escapar y con la impresión de encierro»; con el director musical de amplia experiencia straussiana como Marc Albrecht y con nuestros excelentes Cor de la Generalitat y Orquesta de la Comunitat Valenciana. Lo dicho, no se la pueden perder.

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