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Exposición

Patrones raciales, sistemas de identificación

La Nau acoge la mirada hibrida sobre patrones y estereotipos sistematizados ideológicamente

Patrones raciales, sistemas de identificación

Destacan en València dos muestras en el Centro Cultural La Nau que se hibridan en su mirada sobre patrones y estereotipos raciales sistematizados ideológicamente por la industria publicitaria y los mecanismos de control social. Por un lado, «Llevemos a los Negros a Casa» (rótulo que alude a la cosificación moral de un hecho diferencial humano) es una muestra de gabinete o sala de las maravillas centrada en la imagen eurocolonial del negro africano a fínales del siglo XIX y socialmente expandida e insertada por los medios de producción editorial. Como tal gabinete etnográfico, la muestra -comisariada por Nicolás Sánchez Durá y Hasan López como una recreación histórica a partir de archivos anónimos e inéditos- incluye documentos, cartelismo, utensilios, armas, máscaras, esculturas, fotografía y audiovisual, y, acentuando el carácter exótico de esa imagen asociada a los tópicos de la aventura africana del hombre blanco, incluye trofeos de caza y recreaciones en miniatura.

Focalizada en la Guinea Ecuatorial Española de los años 40, la muestra se aplica crítica documentando el registro gráfico de usos y costumbres tribales de la época según una mirada paternalista destinada a la representación del estereotipo en la cultura popular, su difusión pública en acontecimientos como la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 y en la reconstrucción de hábitats como el caso de El Poblat Ashanti de Barcelona y Madrid de 1897 o el Poblado Senegalés del Tibidabo de 1913, casos éstos en la línea de los zoo humanos europeos de entresiglos, plasmación exacta de una época renuente al cambio respecto a los patrones de conducta heredados de la dominación, el esclavismo económico y el sentimiento de superioridad inherente al ejercicio autoritario colonialista y extendido luego en la idea del supremacismo racista y la consideración del otro como un opuesto inferior identificado y clasificado por sus rasgos físicos.

La práctica de la identificación biométrica elevada a categoría por las técnicas de reconocimiento facial y con ello la implementación de patrones en sistemas de control ciudadano, ocupa el ejercicio que Andrés Pachón y Hasan López proponen en sintonía con el discurso sobre la alteridad anterior, con la exposición y tesis «La derrota del rostro». A partir de las experiencias fotográficas del antropometrista Francis Galton, en 1877 establecidas como modelo para plasmar una tipología racial criminal mediante la superposición aleatoria de retratos, los autores desmontan la metodología de retrato compuesto, base de los sistemas de reconocimiento actual, aplicando derivas combinatorias sobre un archivo etnográfico concreto que verifican la imposibilidad de un tipo racial único y pone en cuestión, a través de frames y tracking facial, la credibilidad ideológica del modelo de acopio y clasificación de datos biométricos de los sistemas de archivo de identidades, por ejemplo los utilizados en controles fronterizos o vigilancia pública. De la antropometría de carácter eugenista y determinista de antaño al reconocimiento biométrico digital de hoy, el objetivo es el mismo: el otro, caracterizado distinto, primitivo, pobre, sospechoso, enemigo.

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