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Júlia Peró; "En este libro-bañera me relacionó con la muerte"

Júlia Peró; "En este libro-bañera me relacionó con la muerte"

Cuando la muerte se convierte en cifra diaria de tres dígitos o más, el miedo traspasa el inconsciente. Muerte, amor y vida es la trilogía poética universal que se manifiesta en infinitas metáforas. Júlia Peró (Barcelona, 1995) ha escrito su primer poemario, Anatomía de una bañera (Planeta), desde la experiencia. «El libro parte de un suicidio que me traumó, y se nutre de esa muerte, de ese duelo, y como voy saliendo de él», cuenta.

La escritora trabaja como directora de arte, pero se presenta como escritora y feminista. Hace gala de vivir viajando, sin residencia fija. «Eso era cierto antes del coronavirus. Llevaba dos años sin una residencia fija, he estado por Latinoamérica y algunas partes de Europa, y voy a seguir haciéndolo, aunque ahora estoy en periodo de descanso en Barcelona, donde me ha bajado el estrés».

No me llamo cielo,

ni guapa, ni cariño,

chochete o tía buena,

perra, princesa o pivón.

No me llamo sexy,

mamasita o bajita,

puta, guarra o bonita,

grr, bombón o corazón.

Si no sabes mi verdadero nombre

es porque no estoy buscando

que me llames de ninguna forma

Es el poema «Si no sabes mi verdadero nombre». Un ejemplo de la poesía de Peró. «Me han acosado por la calle desde los diez años, aunque no fue hasta los 18 que me di cuenta que era acoso». Sostiene que las palabras son muy visuales: «no hay nada más visual que la imaginación y leer es la mejor forma de despertar esa imaginación». Ahora está leyendo Enero de la poeta argentina Sara Gallardo, y obligándose a leer escritoras. «El libro se ha visto afectado por Alejandra Pizarnik y un poco por Gloria Fuertes».

Anatomía de una bañera es un poemario en tres partes. El inicio es desgarrador, y luego se va calmando la cosa. «La bañera es un objeto que se personifica y se relaciona conmigo misma. Yo soy una bañera cuando escribo en ella.... Es como una miscelánea entre esa bañera y el cuerpo humano».

«La poesía tiende a ser intimista, a una evocación de sentimientos. En mi caso ha sido así, es un libro autobiográfico y fue escrito por necesidad, por hablar de cosas que no podía mencionar en voz alta y lo saqué escribiendo. En mi caso es intimista o sincero».

El poemario despega con la muerte. «Amor a la muerte, seria este libro. Se habla mucho de la muerte en la literatura, y lo he tratado de una forma que he leído muy poco, relacionándome con la muerte como si fuera mi amiga. En esta libro-bañera culpó a la muerte, me quejo de ella, me río con ella, hasta tal punto me relacionado que acabo creyendo que es ella. En realidad me estoy culpando yo misma. Cuando estoy llorando esa muerte, estoy llorando yo».

La parca

Todos tenemos mucho miedo a la muerte, y quizás estos meses de pandemia nos han hecho sentirla más cerca. Júlia Peró, que no se atreve a defenderla en las actuales situaciones, asegura que nuestra relación con la muerte se debe a una educación muy oscura con la parca, «y no es más que otro proceso. No la romantizó para nada, pero el hecho de temerla para no sufrirla es un error».

Los miedos aún no se han ido,

pero les he hecho un sitio en mi cama.

Los versos de «Dormir tranquila» son el modelo de los latigazo poéticos de la escritora. «Mi forma de escribir es a trocitos durante el día... Una frase, una palabra... Escribo mentalmente y las voy poniendo en las notas del móvil o papelitos. Ningún poema ha estado escrito y ya está. Los dejó una semana para que respiren».

Ha dejado atrás su periodo de agamia. «Como persona que ama he pasado por muchas facetas y he buscado muchas maneras de querer, en el libro se habla poquito de querer libremente.... Para mi la agamia, pasó, era una forma más de quererme, ahora estoy en amar libremente, trabajar los celos por ver a la persona amada pasárselo bien».

Leer es otra forma de querer, de pasarlo bien. «No pienso cortarme nunca más el pelo»; «Me he vuelto a cortar el pelo»; «Mi pelo tiene en común conmigo que nunca dejará de crecer», son los títulos de las tres partes de Anatomía de una bañera. Ahora lleva el pelo corto. «Gracias a la metáfora de la bañera he conseguido hablar con ella, una bañera se puede llenar de muchas cosas y lo único que he hecho es bañarme en ella y mojarme. Me ha ido muy bien para trabajarme mi misma, es una época de mi vida que he conseguido cerrar.... Ha sido como una punto de inflexión».

«Llorarme a mí misma»

No existen gotas más sinceras.

No hay mejor autorretrato que al llorar.

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