El empresario filantrópico fundador de Microsoft, Bill Gates, consideró hoy "decepcionante y doloroso" el recorte por parte del Ejecutivo central de 600 millones de euros en la Ayuda Oficial al Desarrollo entre 2010 y 2012.

En rueda de prensa en el CosmoCaixa de Barcelona, tras cancelar ayer una conferencia sobre la importancia de invertir en desarrollo en el primer acto público del Instituto de Salud Global (ISGlobal), Gates se mostró hoy "muy decepcionado" con la medida, sobre todo cuando se ha demostrado la efectividad de la ayudas españolas en países en vías de desarrollo, especialmente en el ámbito de la agricultura.

Al principio de su discurso, puso el Estado español como un "ejemplo modélico" en el crecimiento de las ayudas para el desarrollo, puesto que logró doblar estos fondos entre 2004 y el año pasado.

En esta línea, España ha logrado situarse en una posición "superior a la media" de países europeos que destinan fondos a la cooperación, siendo el Reino Unido y los países nórdicos "locomotora" y "ejemplo a seguir" de la consecución del 0,7% del PIB destinado a fondos de ayuda a la cooperación, e Italia el país que se encuentra a la cola en este sentido, resaltó.

Por este motivo, y por el hecho de que los gobiernos que han alcanzado niveles altos de donación ven el impacto de sus ayudas y no quieren bajarlas, el empresario, que hoy participará en la reunión secreta del Club Bilderberg en Sitges (Barcelona) con la élite política y mundial, mostró su desilusión respecto al caso español.

"¿Qué ocurrirá después?", se preguntó Gates, a la vez que contestó que "dependerá de los votantes" decidir si volver a tomar el tren de las ayudas. Quizá se puede considerar esta reducción un "paréntesis breve" observó, al tiempo que aseguró al Gobierno español que sus ayudas están "bien invertidas".

Con todo, se posicionó a favor de aumentar el objetivo marcado por Naciones Unidas del 0,7% del PIB para cooperación, aunque admitió que es "muy ambicioso" y más en las actuales circunstancias de crisis. En este sentido, puso como ejemplo Noruega y Suecia, que podrán alcanzar el 1%, y también mencionó especialmente a Corea del Sur, que a mediados de siglo era receptor de ayudas y ahora se ha convertido en donante.

Gates mostró su "ilusionante" tarea al frente de la fundación que lleva su nombre y el de su esposa, Mellinda, en la que dijo que está "aprendiendo muchísimo". Preguntado por si es más difícil su trabajo actual o el mando de Microsoft dijo: "Adoro Microsoft, soy un fanático obsesivo y me encanta ver el poder del ordenador personal", pero ahora "tengo un trabajo increíblemente interesante y divertido" también.

"El mercado te daba una retroalimentación muy rápida en productos, pero ahora calibrar la realidad -de las necesidades y ayudas necesarias para combatir la pobreza-- es más difícil", confesó, y resaltó la importancia de las políticas de vacunación. "Ningún trabajo es duro, los dos son muy fascinantes", concluyó.