Sólo con una garganta privilegiada como la de Eimear Quinn se puede ganar un Festival de Eurovisión aunque lleves encima una castaña del veinticuatro. Cuenta la leyenda que la joven irlandesa subió al escenario con un resfriado monumental, lo que justificaría que la conocida como «Voz de las Hadas» combinara su chorro vocal con unas estridentes aspiraciones.

Pero, cual atleta capaz de ganar una carrera a la pata coja, la bella Quinn debió tirar de frenadoles y, ataviada como una diosa, hierática y blanca inmaculada sobre fondo oscuro, puso en valor una melodía con sabor celta a la que sólo le faltó que retozaran los elfos por el escenario. Ganó con una facilidad enorme, cerrando de esta forma la borrachera de triunfos irlandeses en los felices noventa: cuatro en cinco años.

Irlanda es cuna de voces excepcionales. En 2006, Lisa Kelly lanzó una versión de esta cancion en el espectáculo A New Journey del grupo Celtic Woman. Para muchos, incluso supera la portentosa versión de Quinn.

La versión actualizada de Lisa Kelly: