Apenas ha tenido unos días de vacaciones para «cargar pilas» y Andreu Buenafuente ya desborda energía para afrontar sus próximos proyectos, como la preparación del Singlot Festival del humor en la Costa Brava, el rodaje de una película en agosto y la nueva temporada de En el aire de la Sexta. El showman catalán ultima los preparativos de un festival cómico ideado por su productora, El Terrat, que reunirá la próxima semana, en el Festival de Porta Ferrada, a él mismo, Berto Romero, Faemino y Cansado, Els Joglars, Leo Bassi y Javier Coronas, y en el que se leerá un manifiesto de Darío Adanti, fundador de la revista Mongolia, sobre los límites del humor.

¿Cree que el público puede estar más predispuesto al humor en las noches veraniegas, cuando habitualmente se está más relajado?

Si alguna cosa tiene el humor es que es como el gas, se adapta a cualquier circunstancia, ambiente, presión o situación. Hay buena comedia tanto en un club pequeño lleno de humo como en un escenario grande. Aquí lo que resulta emocionante es tener la infraestructura de un gran festival para poder llenarlo de comedia. Que en un espacio junto al mar, con una grada impresionante de casi dos mil personas acoja al humor me llena de felicidad.

¿En qué otros proyectos se ha involucrado?

Yo no paro nunca, no puedo parar, es una cosa patológica, pero además me he creado unas dinámicas que me hacen imposible parar, excepto algún día aislado. Esto es un drama personal, pero no tanto, porque me gusta mucho lo que hago. Ahora estoy ensayando una película que rodaremos en agosto con Berto Romero, por lo que será un verano muy atípico, pero también muy bonito porque para mí es un reto hacer la película, que dirigirá Dani de la Orden, un director joven que ha hecho dos películas y luego volveremos a televisión en octubre, haremos radio... El cómico tiene que estar activo continuamente.

¿Y existe una «escuela Buenafuente»?

No, esto también sería muy presuntuoso. He tenido la suerte y quizás un cierto olfato de rodearme de gente muy buena, y luego un punto de generosidad de nuestra marca para decir: cuando haya alguien bueno entre nosotros y tenga un proyecto, lo apoyaremos.

¿Cuál es el secreto para mantenerse tanto tiempo en el mundo del humor y seguir interesando al público?

El secreto de mantenerse es que te emocione lo que haces. En los tiempos actuales de confusión, problemas económicos, bajadas de presupuestos o este IVA vergonzoso que tenemos en la cultura, a veces piensas: «¿y yo por qué sigo?». Y es porque aún te gusta y te emociona, y cuando entro en el plató y suena la sintonía noto algo en el estómago, o cuando vas a un teatro la gente te da una energía especial.

Ha surgido un debate sobre los límites del humor y su repercusión en la redes sociales. ¿Cuál es su posición?

Hacer bromas sobre el nazismo no tiene ninguna gracia, es más, soy muy beligerante y realmente me exaspera el nazismo, pero también me parece una exageración que una red social tumbe la carrera política de alguien que hace un chiste y no calcula el impacto en Twitter. Si haces un poco de arqueología y escuchas chistes antiguos, ahora te meterían en la cárcel. Y es verdad que hay cosas xenófobas y machistas que sí que son vergonzantes, pero también debe haber una cierta libertad y frescura del humor. Hace poco, el cómico norteamericano Jerry Seinfeld publicó un artículo en el que se quejaba de una ola de corrección que va contra el humor. Los que estamos en las cocinas del humor nos damos cuenta de reacciones exageradamente puristas y dices: hombre, no sometamos al humor a tanta presión, o nos lo acabaremos cargando.